¿Sabes cómo puedes adquirir un crédito de forma correcta?
Hay una serie de factores que debes de tener en cuenta al momento de manejar una o varias deudas. Uno de estos factores es conocer cuánta deuda puedes adquirir sin arriesgar tu estabilidad económica.
Antes de solicitar cualquier tipo de préstamo, es indispensable que conozcas cuál es tu capacidad de endeudamiento, porque un gran error que cometen muchas personas, es adquirir una deuda sin antes haber realizado un análisis de su capacidad de crédito. Sin este dato, es fácil poner en riesgo tu salud financiera. En términos generales, el monto que destines para pagar tus deudas no debería absorber más del 30% de tus ingresos totales mensuales. Superar ese porcentaje podría generarte problemáticas económicas. Sin embargo, esto depende mucho de tu solvencia económica, de las deudas actuales que tengas y de la realidad de tus gastos. De acuerdo a esto, dicho porcentaje puede variar.
A continuación, te explicaremos qué es la capacidad de endeudamiento, y cómo su cálculo y planeación te permitirán tener deudas saludables que no dañen tus finanzas personales. Al final encontrarás una serie de consejos adicionales que te ayudarán a planificar mejor tus deudas.
¿Qué es la capacidad de endeudamiento?
La capacidad de endeudamiento te indica la cantidad máxima que puedes adquirir de deuda sin poner en riesgo tu estabilidad financiera. Calcular esta cifra te permite conocer el límite de dinero que puedes destinar al pago de deudas, lo cual te ayuda a planear cuánto crédito puedes pedir, en cuánto tiempo podrás pagarlo y, en general, si te conviene o no solicitar un préstamo.
¿Para qué sirve calcular la capacidad de endeudamiento?
Por lo regular, los bancos evalúan tu capacidad de endeudamiento o el alcance de tu crédito con el fin de determinar si eres apto para adquirir y pagar un préstamo. De acuerdo a ello, y teniendo en cuenta tus otras obligaciones crediticias, pueden decidir rechazar o aprobar el préstamo.
Por supuesto, el banco también toma en cuenta otros factores para evaluar un préstamo a tu persona, como tu historial crediticio y tu solvencia económica. Sin embargo, tu capacidad de adquirir deuda es uno de los datos más relevantes tanto para el banco, como para ti mismo, en cuanto que te permite conocer y planificar tus finanzas de una forma más inteligente.
A grandes rasgos, conocer tu capacidad de endeudamiento te permitirá:
Manejar los créditos de forma responsable
Gestionar con eficacia el riesgo implícito que conlleva una deuda
Planificar tus gastos y ordenar tus finanzas personales
Con un adecuado estudio y análisis, puedes lograr que una deuda sea una herramienta para crecer económicamente.
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Para calcular tu capacidad de endeudamiento no solo debes de tener en cuenta tus ingresos, sino que también debes analizar las condiciones y los beneficios o desventajas de adquirir un préstamo determinado. El cálculo que realices aquí será una guía, pero el análisis de tu capacidad de pago debe abarcar mucho más.
Ahora bien, algunos bancos y otras organizaciones financieras recomiendan que tus deudas no superen el 30% de tus ingresos. Sin embargo, dependiendo de tu situación financiera, puedes planear que tus deudas no absorban entre el 10% y el 25% de tus ingresos mensuales. Esto con el fin de permitir un margen libre que puedas destinar a ahorros e inversiones de bajo riesgo y, con ello, aumentar tus ingresos y asegurar cierta estabilidad económica.
Entonces, ¿cuánto es lo máximo que puedes endeudarte? La respuesta es un ‘depende’. En general, para analizar tu capacidad de endeudamiento ten presente estos cuatro factores:
Gastos mensuales
Deudas actuales
Monto de la nueva deuda
Ingresos totales
Si tus gastos y deudas actuales casi superan tus ingresos mensuales, no deberías considerar un préstamo nuevo. Por otra parte, si tus ingresos superan con creces tus gastos, el porcentaje de tu capacidad de endeudamiento tendrá un margen mayor, y podrás manejar con cierta facilidad tus deudas.
Fórmula del nivel de endeudamiento
Para calcular el nivel de endeudamiento que puedes adquirir sin herir tus finanzas ten en cuenta lo siguiente:
Saca una lista con todos tus gastos mensuales, tales como alimentación, vivienda, transporte, servicios, salud, educación, deudas actuales, etc. En caso de tener gastos trimestrales o semestrales, divídelos para que sepas cuánto dinero corresponde a cada mes.
Apunta tus ingresos totales del mes. En caso de no tener ingresos fijos, saca un promedio de acuerdo a los ingresos de los últimos seis meses.
Una vez listo esto,es hora de calcular tu capacidad de adquirir deuda:
Primero, debes restar a tus ingresos los gastos del mes, el resultado que te dé serán tus ingresos libres o netos. Este resultado multiplícalo por un 40%. También puedes realizar dicha multiplicación con la cifra 0,40. En cualquier caso, te dará el mismo resultado.
Este porcentaje se está aplicando a tus ingresos netos, no a tus ingresos totales. De acuerdo a tu solvencia económica, puedes variar este número. No obstante, el porcentaje máximo recomendado para hacer este cálculo es del 40%. Esto permitirá que el resto de tus ingresos netos lo destines a ahorros o inversiones.
Por ejemplo, supongamos que tienes un ingreso mensual de 1000 dólares. Si tus gastos totales son de 700 dólares, tus ingresos netos serán 300 dólares. Al hacer el cálculo definido arriba, tendrás un cupo de 120 dólares para destinar al pago de tus deudas.
Estos 120 dólares que usarás para pagar el préstamo, suponen el 12% de tus ingresos totales. Como ves, no estás sobrepasando el tope del 30% que indicamos al principio de este artículo.
No obstante, ten en cuenta que, para solicitar un préstamo al banco, este realizará sus propios análisis y estadísticas sobre tus finanzas y tu comportamiento crediticio. En general, cada institución financiera tiene su propio sistema para determinar la capacidad de endeudamiento de las personas.
Sin embargo, con estos cálculos tendrás una idea clara de lo que puedes gastar sin llegar a desestabilizar tu salud financiera. Es importante que siempre dejes un margen libre y no supongas que dispondrás de todo tu ingreso neto para pagar deudas. Ten en cuenta que habrá costos extras como seguros, tarifas o cuotas de manejo, dependiendo del tipo de crédito que quieras solicitar.
Por otra parte, el dinero que te quede libre puedes destinarlo a un colchón financiero en caso de que algún imprevisto suceda.
Consejos para mejorar tu capacidad de pago
1. Analiza las opciones de crédito que hay disponible en el mercado
Es importante que antes de solicitar un crédito compares las diversas opciones que tienes. Con ello, puedas ser capaz de saber ¿cuál crédito te conviene más?, ¿cuáles son las características de cada opción?, ¿cuál se ajusta mejor a tus necesidades?
Debes aprender a vincular cada tipo de crédito con tus objetivos personales. Recuerda que cada tipo de préstamo tiene condiciones diferentes y, de acuerdo a esto, serán mayores o menores sus beneficios. Por ejemplo, un crédito hipotecario cuenta con la tasa de interés más baja del mercado, dado que es un préstamo cuyo pago se puede extender más allá de los 20 años. Por esto mismo, no deberías adquirir vivienda con otro tipo de crédito, pues supondría un gasto enorme en cuanto a los intereses.
Teniendo esto en mente, asegúrate de que las condiciones crediticias sean las adecuadas para las características específicas de tu proyecto, ya que, de acuerdo a esto, se ajustarán los intereses, los plazos del pago, los cargos extra, entre otros aspectos.
Recuerda esto: entre mayor riesgo tenga un crédito, mayor será la tasa de interés. Este riesgo se mide de acuerdo a la capacidad de pago de un usuario. Por esto, un producto financiero como un préstamo informal tiene un interés alto, por el considerable riesgo que existe de que la persona deudora no pueda pagar a tiempo. Por otro lado, los créditos hipotecarios suelen tener tasas de interés bajas, dado al plazo tan largo que tienes para pagar la deuda, además de que en este tipo de crédito se suele dar la vivienda como garantía para el pago del préstamo.
2. Negocia y busca los mejores beneficios para ti
Cuando dedicas tiempo a conocer las características de los productos financieros que tienes disponibles, se vuelve más fácil poder escoger el más adecuado para tu caso en específico. Entre los factores que debes comparar y negociar se encuentran:
Tasas de interés: debes estudiar cuál entidad financiera te ofrece la mejor tasa de interés.
Plazos de crédito: cuida de que los plazos que se definan sean los adecuados para ti.
Garantías: hay productos financieros que te piden dar en garantía alguna propiedad o el aval de una persona. Por otro lado, hay créditos que no te piden este tipo de requisitos.
Muchas veces, por afán, se escogen créditos que piden muchos requisitos y ofrecen una tasa de interés poco atractiva, lo cual limita tu capacidad de pago.
Sin embargo, antes de poder hallar la opción más adecuada para ti, debes de tener un buen historial crediticio. De esta forma, tendrás a bancos y a otras entidades detrás de ti para ofrecerte sus productos financieros. Solo así, podrás comparar las opciones que tienes y negociar con los bancos mejores condiciones crediticias. Caso contrario, si no cuentas con historial crediticio, o si tienes uno, pero con un puntaje negativo, tendrás menos opciones.
¿Qué puedes hacer en este caso?
Determina si realmente necesitas adquirir el producto o servicio que planeas conseguir.
Si no es urgente, trabaja en crear un buen historial crediticio empleando créditos pequeños o usando de forma correcta tu tarjeta de crédito. Cuando tengas buen comportamiento crediticio, dispondrás de mayores opciones y beneficios por parte de las entidades financieras.
3. No llegues al tope de tu capacidad de endeudamiento
Como ya te hemos recomendado, no dispongas más del 40% de tus ingresos netos o más del 30% de tus ingresos totales. Además, evita sobrepasar estos porcentajes. La vida está llena de eventos impredecibles y los contratos crediticios cuentan con costos extra en su letra pequeña que debes de tener en cuenta.
Al hacer uso del tope de tu capacidad de endeudamiento, le quitas la libertad a tu dinero de moverse por otros canales y, en casos de emergencia, puede que te veas obligado a sacar nuevas deudas que sobrepasen tu capacidad crediticia. Permite que una parte de tus ingresos libres vayan a un ahorro de emergencia o colchón financiero.
4. ¿Qué hacer si cambia tu capacidad de pago?
En caso de que hayas definido una tasa de interés variable, existe la posibilidad de que dichos intereses suban. O quizás, en algunos meses no tendrás los mismos ingresos que antes tenías a causa de imprevistos o cambios en tu ámbito profesional.
En estos casos, el fondo de emergencia que hayas ahorrado te ayudará a sobrellevar los costos de las deudas mientras logras estabilizarte de nuevo. Sin embargo, de no contar con ahorros, o que te encuentres imposibilitado a pagar las cuotas definidas, aún tienes algunas opciones:
Seguros de desempleo: en caso de perder tu trabajo, existen ciertos seguros que sirven de apoyo económico temporal para poder solventar tus deudas y gastos. Los requisitos para acceder a estos seguros dependen de cada entidad financiera. Por lo general, debes de haber sido empleado formal durante un periodo mínimo de seis meses o más y demostrar que estás buscando trabajo.
Renegocia las condiciones crediticias: en el momento en que sepas que ya no puedes solventar la deuda, debes acercarte al banco para demostrar tu incapacidad de pago.
Puedes renegociar con ellos el plazo del crédito o modificar las tasas de interés. Entre menos tiempo te demores en comunicarte con el banco, más posibilidades tendrás de solucionar tu situación.
Conclusiones
Es muy común que las personas gasten más de lo que ganan. De ahí, la importancia de controlar los gastos y conocer bien tus números. Siempre que puedas, reduce los gastos innecesarios y aumenta tus ingresos, de esta forma, podrás acrecentar tu capacidad de endeudamiento y mejorar las condiciones crediticias de los productos financieros que adquieras.
Por ahora, te hemos explicado cómo llevar de manera adecuada y responsable tu endeudamiento financiero. Pero el mundo de las finanzas personales es aún más amplio. Como habrás podido percibir, un correcto cálculo, un adecuado análisis y el continuo aprendizaje del funcionamiento del dinero, te ayudarán a cumplir tus objetivos.