Una deuda bien administrada puede ayudarte a crecer. Una deuda mal utilizada, sin planeación u objetivos determinados, puede llevarte a la quiebra. Es importante que antes de pedir un préstamo, tengas un plan adecuado y hayas diseñado un presupuesto.
Teniendo esto claro, podrás pedir un préstamo sin lastimar tus finanzas personales. Sin embargo, existen una serie de factores que cada entidad financiera tiene en cuenta para evaluar la viabilidad de aprobar un crédito. Pero para darte una idea central: el negocio de los préstamos se basa en la confianza. Si logras que un banco u otra entidad financiera confíe en ti, podrás conseguir los préstamos que necesites para tus proyectos.
En este artículo te hablaremos de los requisitos fundamentales que toda entidad evalúa antes de aprobar un crédito o un préstamo. Hemos diseñado esta guía con consejos y recomendaciones para que aprendas a cómo pedir un préstamo y puedas llevar de la mejor forma tus finanzas.
Pero primero, es importante que entiendas la diferencia entre los tipos de préstamos más comunes, con el fin de que puedas estudiar el apropiado para tu caso en específico.
Los tipos de préstamos más comunes
¿Qué es un crédito?
El crédito es un préstamo de dinero que se deposita en una cuenta destinada al cliente, de esta manera, la persona podrá hacer uso del dinero que necesite para casos concretos. Por ejemplo, si el banco otorga una línea de crédito de 1000 dólares al mes, el cliente decidirá si emplea todo este crédito o solo una parte de él.
De acuerdo al uso que le des a los créditos, así serán tus intereses. Es decir, solo pagarás intereses sobre el dinero que hayas utilizado, y no sobre el dinero total que el banco te haya otorgado. Sin embargo, debes informarte sobre los costos adicionales que te pueden añadir por el dinero no empleado. Este tipo de préstamos suele utilizarse para empresas o negocios pequeños que necesiten financiación, o que no cuenten con suficiente liquidez.
¿Qué es un préstamo personal?
A diferencia del crédito, con el préstamo personal tendrás el total del dinero aprobado por la entidad financiera de una sola vez. Esta forma de financiación sirve para adquirir bienes o solventar alguna necesidad económica. Por ejemplo, con un préstamo personal puedes comprar un carro, pagar un plan de vacaciones o realizar el pago de los servicios.
En este caso, pagarás intereses por todo el dinero que la entidad ha puesto a tu disposición. Antes de aprobar el préstamo, el banco realizará un estudio de tu situación financiera para comprobar el nivel de riesgo y tu capacidad de pago.
¿Qué son los microcréditos?
Son préstamos que se otorgan de manera rápida, con pocos o ningún requisito, y en línea. Su periodo de amortización es corto: por lo general, debes pagar la deuda en el plazo de un mes. Al ser estos préstamos inmediatos, sus intereses suelen ser altos, por lo que solo debes usarlos para emergencias o casos específicos, ya que pueden generarte una deuda grande en caso de que no puedas pagarlos a tiempo.
Por ejemplo, en Pisto puedes encontrar microcréditos con tasas de interés justas para las personas. Y como ya te mencionamos, este servicio funciona por completo en línea 🙂
Gastos hormiga: Qué son, cómo reducirlos, y 10 ejemplos sencillos
Cuando aprendes a administrar tu dinero, comienzas a comprender la importancia de apreciar cada centavo que tienes. Luego llegas a un punto en el que eres consciente de lo que estás gastando, y logras diferenciar entre un gasto llevado a cabo por un gusto, y uno hecho por una necesidad. Entre un antojo momentáneo, y un producto realmente útil para tu vida.
Si crees que estos gastos destinados a gustos y otros antojos no generarán impacto alguno en tus finanzas, necesitas saber qué son los gastos hormiga y cómo estos pueden afectar tu bienestar económico. En pocas palabras, los gastos hormiga son micro gastos que resultan imperceptibles a simple vista. Sin embargo, cuando evalúas estos gastos y los juntas, te darás cuenta de que suman una cantidad significativa de dinero.
Ahora bien, quizás te confíes de que, porque tienes ingresos suficientes o porque tu nivel de riqueza es alto, estos pequeños gastos no afectarán tu estabilidad económica. Sin embargo, aunque tu sueldo tenga el tamaño de un gran barco, si éste tiene un agujero, de forma inevitable comenzará a hundirse. No es el hecho de que guardes todo tu dinero y no gastes nada para ti. El punto aquí es que aprendas a administrar tus ingresos para que puedas llevar a cabo proyectos que te traigan más riqueza, y puedas darte placeres más relevantes y significativos, como viajar.
En este artículo te explicaremos cuáles son los gastos hormiga más comunes y cómo puedes disminuir el monto de dinero que empleas en ellos. Al final, te daremos una serie de consejos que te ayudarán a controlar estas pequeñas compras y a planificar de mejor forma tus gastos.
¿Qué son los gastos hormiga?

Son gastos pequeños que suelen considerarse irrelevantes. Y también, son gastos innecesarios que cuando no son controlados, pueden afectar de forma significativa tu salud financiera. De ahí su nombre, porque son gastos pequeñitos como las hormigas. Pero, ¿has visto lo que una plaga o un hormiguero logra hacer?
Probablemente una hormiga te parezca insignificante. Pero, en el peor de los casos, un nido de hormigas puede llegar a debilitar la estructura base de casas y edificios. Del mismo modo, en un año, estos micro gastos pueden significar el equivalente de 1 mes de tu salario o más, y a través de los años, tu economía puede verse afectada.
¿Cómo usar una tarjeta de crédito por primera vez? + 8 consejos para su correcto uso
Las tarjetas de crédito son el producto financiero de más alto riesgo que existe. Porque una vez que pierdas el control de su uso, puedes convertir el simple acto de comprar en una adicción. Sin embargo, bien utilizado, puede llegar a convertirse en uno de los mejores recursos financieros que te ayuden a crecer económicamente.
Muchas personas tienen miedo de adquirir una tarjeta de crédito, a causa de su mala fama de llenar de intereses y cobros excesivos a sus usuarios. Pero este miedo tiene su raíz en el desconocimiento de sus beneficios y de las posibilidades que puedes alcanzar con un adecuado uso de este tipo de crédito.
Cierto es que los bancos ganan dinero gracias al incorrecto uso de las tarjetas de crédito. Pero somos nosotros quienes debemos aprender a usar estos productos de una forma inteligente. Por eso, en este artículo te explicaremos cómo usar una tarjeta de crédito por primera vez y cómo puedes evitar endeudarte con este producto.
Pero antes, ¿tienes claro qué es una tarjeta de crédito?
¿Qué es una tarjeta de crédito?

Una tarjeta de crédito es un producto de financiación. Esto quiere decir que el dinero que uses de la tarjeta no es tuyo, sino del banco. Por ende, los recursos que utilices de este crédito deberás devolverlos antes del plazo que hayas acordado al momento de comprar un producto o un servicio.
La cantidad de dinero que se te permita utilizar dependerá de ciertos factores personales y de la solvencia económica que demuestres ante un banco. Este dinero disponible en la tarjeta de crédito se denomina cupo, el cual se puede extender si tienes buen comportamiento crediticio. Tu buen o mal comportamiento con los créditos se verá reflejado en un historial crediticio que se mide por puntajes. Cada vez que te atrases con los pagos, te restarán puntos. Al contrario, si eres responsable con las cuotas y demuestras buen manejo del dinero, sumarás puntos. Este historial crediticio te servirá para poder pedir préstamos o créditos, y de acuerdo a tu puntaje, te pueden rechazar o aprobar tu petición.
Dependiendo de cuánto dinero uses, cómo lo utilices y cuándo lo devuelvas, el cobro de intereses y costos extra por tu tarjeta de crédito será distinto. Estos cobros se verán reflejados en una factura que te llegará cada mes.
¿Se puede tener una tarjeta de crédito sin pagar estos costos extra e intereses? Sí. Siempre y cuando tengas una correcta administración de tu dinero y de tus gastos. Lo cual te explicaremos en este artículo.
Capacidad de endeudamiento: ¿Qué es y cómo calcularlo?
¿Sabes cómo puedes adquirir un crédito de forma correcta?
Hay una serie de factores que debes de tener en cuenta al momento de manejar una o varias deudas. Uno de estos factores es conocer cuánta deuda puedes adquirir sin arriesgar tu estabilidad económica.
Antes de solicitar cualquier tipo de préstamo, es indispensable que conozcas cuál es tu capacidad de endeudamiento, porque un gran error que cometen muchas personas, es adquirir una deuda sin antes haber realizado un análisis de su capacidad de crédito. Sin este dato, es fácil poner en riesgo tu salud financiera. En términos generales, el monto que destines para pagar tus deudas no debería absorber más del 30% de tus ingresos totales mensuales. Superar ese porcentaje podría generarte problemáticas económicas. Sin embargo, esto depende mucho de tu solvencia económica, de las deudas actuales que tengas y de la realidad de tus gastos. De acuerdo a esto, dicho porcentaje puede variar.
A continuación, te explicaremos qué es la capacidad de endeudamiento, y cómo su cálculo y planeación te permitirán tener deudas saludables que no dañen tus finanzas personales. Al final encontrarás una serie de consejos adicionales que te ayudarán a planificar mejor tus deudas.
¿Qué es la capacidad de endeudamiento?
La capacidad de endeudamiento te indica la cantidad máxima que puedes adquirir de deuda sin poner en riesgo tu estabilidad financiera. Calcular esta cifra te permite conocer el límite de dinero que puedes destinar al pago de deudas, lo cual te ayuda a planear cuánto crédito puedes pedir, en cuánto tiempo podrás pagarlo y, en general, si te conviene o no solicitar un préstamo.
¿Para qué sirve calcular la capacidad de endeudamiento?
Por lo regular, los bancos evalúan tu capacidad de endeudamiento o el alcance de tu crédito con el fin de determinar si eres apto para adquirir y pagar un préstamo. De acuerdo a ello, y teniendo en cuenta tus otras obligaciones crediticias, pueden decidir rechazar o aprobar el préstamo.
Por supuesto, el banco también toma en cuenta otros factores para evaluar un préstamo a tu persona, como tu historial crediticio y tu solvencia económica. Sin embargo, tu capacidad de adquirir deuda es uno de los datos más relevantes tanto para el banco, como para ti mismo, en cuanto que te permite conocer y planificar tus finanzas de una forma más inteligente.
A grandes rasgos, conocer tu capacidad de endeudamiento te permitirá:
- Manejar los créditos de forma responsable
- Gestionar con eficacia el riesgo implícito que conlleva una deuda
- Planificar tus gastos y ordenar tus finanzas personales
Con un adecuado estudio y análisis, puedes lograr que una deuda sea una herramienta para crecer económicamente.
8 consejos para tomar control de tus gastos personales + plantilla de Excel
¿Sabes cuál es la importancia de conocer cómo estás gastando tu dinero? Cuando comprendes cómo estás usando tu dinero y aprendes a controlar tus gastos, no solo podrás mejorar tus finanzas personales, sino que, además, podrás ver con mayor claridad los pasos a seguir para cumplir tus metas y, con esto, mejorar tu calidad de vida.
En este artículo te daremos una serie de consejos para que tengas un adecuado control de tus gastos e ingresos. También te explicaremos cómo puedes administrar y distribuir tu dinero con una hoja de cálculo como Excel de una forma fácil para ti.
¿Cómo llevar un control de gastos personales?

1. Crea un presupuesto de tus gastos e ingresos personales
El primer paso para controlar tus gastos es crear un presupuesto. Esta será tu guía que te indicará cuáles son tus gastos, y cuánto dinero te queda libre para destinar a otros objetivos, tales como ahorrar o pagar un capital extra a tus deudas. Puedes llevar el control de tus gastos e ingresos personales en una hoja de cálculo como Excel (lo cual te explicaremos aquí), o en una libreta organizadora de gastos si es que prefieres lo tangible. Una útil idea es llevar ambos formatos para que puedas llevar el control de tus gastos diarios sin necesidad de tener a la mano tu Excel todo el tiempo.
Un buen presupuesto debe contar con el detalle de tus gastos fijos y variables mensuales, un seguimiento de tus deudas, y un plan de ahorros e inversiones. Este plan de gastos te permitirá determinar si estás gastando más de lo que estás ganando, y te dará una idea de cómo puedes remediarlo mediante la disminución de gastos innecesarios o, con el incremento de tus ingresos.
2. Reduce tus gastos personales mensuales
Si al momento de crear tu plan de gastos te salen números rojos, la solución más rápida que puedes hacer para remediarlo es reducir tus gastos. Es cierto que no puedes recortar los gastos fijos que son esenciales para vivir. Pero sí puedes reducir los que son variables o de ocio. Como el entretenimiento, las salidas a restaurantes o la compra de ropa.
También considera reemplazar tus gastos de membresías por otras alternativas. Por ejemplo, si pagas una mensualidad en el gimnasio, puedes considerar la idea de ejercitarte en casa. Una gran opción que no necesita de equipo de gimnasio, es el yoga, que a diferencia de lo que muchas personas piensan, no es solo sentarte a respirar mientras te relajas. En realidad, requiere de gran fuerza, resistencia y flexibilidad. O también puedes ejercitarte en un parque cercano a tu casa.
La idea en este punto, es que encuentres opciones más económicas para tus gastos recurrentes y que recortes los gastos que no son indispensables para tu bienestar. Tu prioridad, en caso de que estés gastando más de lo que ganas, debe ser estabilizar tus finanzas.
3. Lleva un control de los gastos familiares
Cuando tienes una familia es muy fácil gastar de más: útiles escolares de los niños, antojos extra, pañales, más comida, más salidas, etc. Pero aún así en este contexto, puedes llevar a cabo una serie de estrategias para controlar estos gastos. Como, por ejemplo:
- Optimiza el consumo de los servicios públicos al ahorrar agua y electricidad
- Aprovecha las promociones y las ofertas
- Compra solo lo que necesites cuando vayas al mercado
- Invierte en objetos de calidad
El último consejo, sobre todo, te ayudará a evitar muchos gastos futuros. Siempre es mejor gastar un poco más en objetos que te durarán mucho tiempo, a comprar objetos baratos que tendrás que cambiar cada seis meses o cada año.
Por ejemplo, puedes considerar comprar sartenes de hierro fundido, que bien cuidadas te durarán toda la vida, en lugar de comprar sartenes de teflón que tendrás que cambiar cada uno o dos años. Asimismo, busca electrodomésticos, muebles y otros objetos de calidad que sepas que no tendrás que cambiar durante muchos años.
4. Siempre cuida de que primero crezcan tus ingresos, luego tus gastos
Lo ideal antes de que comiences a aumentar tus gastos, es que incrementes tus ingresos. O en el mejor de los casos, amplia tus ingresos, no necesariamente para gastar más, sino para invertir y ahorrar mejor.
Evita caer en la trampa imaginaria de que una tarjeta de crédito te abrirá la posibilidad de gastar más dinero. Si no sabes cómo usar una tarjeta de crédito de forma correcta, es mejor que subsanes tus deudas pendientes y canceles este crédito para evitar peores resultados.
Tú puedes recortar gastos en tu casa, ahorrar en tus facturas de los servicios públicos y crear un robusto plan de gastos. Sin embargo, si sigues utilizando tu tarjeta de crédito como si fuera la panacea de tus antojos, te estarás sumergiendo en un círculo interminable de ganar dinero, gastar, y endeudarte.
Está bien si estás cómodo con este ciclo de consumo. Pero para acrecentar tus ingresos y, con ello, tu calidad de vida, necesitas hacer mucho más que esto.
5. Prioriza el ahorro y la inversión sobre los gastos
Y entonces, ¿cómo acrecentar tus ingresos?: Poniendo en primer lugar tu plan de ahorros e inversiones. Luego tus gastos.
Mientras que el ahorro es un hábito que vas adquiriendo, la inversión es una decisión. Antes de que tomes cualquier decisión financiera, es importante que ya tengas el hábito de ahorrar. Además, si estás empezando a manejar tus finanzas, será más fácil para ti aprender a llevar un seguimiento de tus ahorros, que comenzar a invertir.
El ejercicio de invertir requiere de diversos factores a estudiar y analizar. Como el nivel de riesgo de la inversión, su rentabilidad, cómo diversificarás tus inversiones, cuánto dinero estás dispuesto a arriesgar, qué inversiones se adecuan a tus necesidades, entre otros factores. Una inversión bien planificada y estructurada, podrá ayudarte a acrecentar tu nivel de riqueza. Pero una llevada a cabo sin análisis, y solo porque tu vecino te lo ha recomendado, pondrá en riesgo tu bienestar económico.
Por otro lado, aunque el ahorro es necesario, ten en cuenta que tu moneda local al quedarse quieta se irá devaluando con el paso del tiempo. Evalúa tus posibilidades y tus necesidades, y comienza con lo que ahora puedas hacer. Por lo pronto, lo esencial en este punto, es que destines más dinero a tus ahorros y a tus planes de inversión, que a gastos que no sean primordiales.
6. Prioriza el pago de tus deudas de mayor interés
En caso de contar con diversas deudas de alto interés, establece como prioridad su liquidación cuando estés creando tu control de gastos.
Si actualmente estás pagando la cantidad mínima para cancelar estas deudas, considera aumentar el monto de tus pagos con el fin de salir lo más pronto posible de tu endeudamiento. En caso de no contar con los ingresos suficientes y que ya no puedas reducir más gastos, negocia con tu banco una tasa de interés más baja, o recoge la diversidad de tus deudas en una sola.
Cada vez que recibas dinero extra, como bonificaciones, comisiones u otros, destina este dinero para abonar a capital. En este caso, tu plan de gastos debe estar diseñado de tal forma, que el dinero que estés usando para adquirir objetos o servicios de menor relevancia, los emplees para solventar tus deudas.
7. Crea un plan financiero
Establecer objetivos específicos te ayudará a crear un camino a seguir para administrar de mejor forma tus gastos. Crear un plan financiero te dará la claridad necesaria para saber qué hacer con tu dinero, cómo manejarlo, cuánto gastar y cuánto destinar a la consecución de tus metas.
Mientras que tu control de gastos es un plan a corto plazo que puede abarcar solo un mes, un plan financiero te dará una visión más amplia, abarcando objetivos cuyo desarrollo se llevaría a cabo en plazos desde un año, hasta 10 años o más. Es un plan de vida que dibujará un camino a seguir, y que, si lo diseñas y lo cumples con disciplina, te ayudará a mejorar la administración de tus gastos.
8. Sigue la regla del 50/30/20
La regla del 50/30/20 es uno de los métodos más sencillos para planificar tus gastos. No lo veas como una regla en sí, pues estos porcentajes variarán de acuerdo a tu realidad personal. Sin embargo, lo recomendado es lograr estas proporciones, con el fin de mantener una buena estabilidad financiera. Cada porcentaje referencia los siguientes gastos:
- 50% gastos primordiales: son gastos esenciales para tu vida, como alimentación, servicios públicos, vivienda, estudios, salud, o las cuotas mínimas de tus deudas actuales.
- 30% gastos adicionales: son gastos personales, más no esenciales, como los gastos para diversión, suscripciones, juegos, ropa.
- 20% ahorro e inversión: es el dinero destinado al ahorro de un fondo de emergencia con el equivalente de 6 a 12 meses tu sueldo, el ahorro para tu jubilación o la planificación de tus inversiones, entre otros.
Quizás tu realidad financiera solo te permita destinar un 5% de tus ingresos al ahorro. Lo importante es que comiences ahora y luego vas escalando, poco a poco. A medida que vayas disminuyendo tus gastos e incrementando tus ingresos, podrás aumentar la cantidad de dinero destinado al ahorro e inversión.
Siguiendo estas recomendaciones podrás diseñar un plan sencillo de gastos personales. Sin embargo, ahora te enseñaremos cómo crear un plan de gastos e ingresos un poco más desarrollado con una hoja de cálculo, que de igual forma puedes replicar en una agenda o libreta de gastos.