¿Cómo pedir un préstamo? Guía y consejos

Una deuda bien administrada puede ayudarte a crecer. Una deuda mal utilizada, sin planeación u objetivos determinados, puede llevarte a la quiebra. Es importante que antes de pedir un préstamo, tengas un plan adecuado y hayas diseñado un presupuesto.

Teniendo esto claro, podrás pedir un préstamo sin lastimar tus finanzas personales. Sin embargo, existen una serie de factores que cada entidad financiera tiene en cuenta para evaluar la viabilidad de aprobar un crédito. Pero para darte una idea central: el negocio de los préstamos se basa en la confianza. Si logras que un banco u otra entidad financiera confíe en ti, podrás conseguir los préstamos que necesites para tus proyectos.

En este artículo te hablaremos de los requisitos fundamentales que toda entidad evalúa antes de aprobar un crédito o un préstamo. Hemos diseñado esta guía con consejos y recomendaciones para que aprendas a cómo pedir un préstamo y puedas llevar de la mejor forma tus finanzas.

Pero primero, es importante que entiendas la diferencia entre los tipos de préstamos más comunes, con el fin de que puedas estudiar el apropiado para tu caso en específico.

Los tipos de préstamos más comunes

¿Qué es un crédito?

El crédito es un préstamo de dinero que se deposita en una cuenta destinada al cliente, de esta manera, la persona podrá hacer uso del dinero que necesite para casos concretos. Por ejemplo, si el banco otorga una línea de crédito de 1000 dólares al mes, el cliente decidirá si emplea todo este crédito o solo una parte de él.

De acuerdo al uso que le des a los créditos, así serán tus intereses. Es decir, solo pagarás intereses sobre el dinero que hayas utilizado, y no sobre el dinero total que el banco te haya otorgado. Sin embargo, debes informarte sobre los costos adicionales que te pueden añadir por el dinero no empleado. Este tipo de préstamos suele utilizarse para empresas o negocios pequeños que necesiten financiación, o que no cuenten con suficiente liquidez.

¿Qué es un préstamo personal?

A diferencia del crédito, con el préstamo personal tendrás el total del dinero aprobado por la entidad financiera de una sola vez. Esta forma de financiación sirve para adquirir bienes o solventar alguna necesidad económica. Por ejemplo, con un préstamo personal puedes comprar un carro, pagar un plan de vacaciones o realizar el pago de los servicios.

En este caso, pagarás intereses por todo el dinero que la entidad ha puesto a tu disposición. Antes de aprobar el préstamo, el banco realizará un estudio de tu situación financiera para comprobar el nivel de riesgo y tu capacidad de pago.

¿Qué son los microcréditos?

Son préstamos que se otorgan de manera rápida, con pocos o ningún requisito, y en línea.  Su periodo de amortización es corto: por lo general, debes pagar la deuda en el plazo de un mes. Al ser estos préstamos inmediatos, sus intereses suelen ser altos, por lo que solo debes usarlos para emergencias o casos específicos, ya que pueden generarte una deuda grande en caso de que no puedas pagarlos a tiempo.

Por ejemplo, en Pisto puedes encontrar microcréditos con tasas de interés justas para las personas. Y como ya te mencionamos, este servicio funciona por completo en línea 🙂

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¿Dónde te conviene pedir un préstamo?

Dependiendo de tus necesidades y de tu situación actual financiera, deberás evaluar la entidad prestamista que mejor beneficio otorgue a tu bolsillo. Por lo general, las entidades más utilizadas para pedir préstamos son:

  • Bancos: hoy en día, muchos bancos tienen sus servicios disponibles de forma online, lo que te da la facilidad de resolver tus dudas por internet si no tienes tiempo de ir personalmente a una sucursal bancaria. Sin embargo, como veremos más adelante, son varios los requisitos que debes de cumplir para poder acceder a sus préstamos.
  • Empresas de capital privado: este tipo de entidades son las que, en mayor medida, ofrecen préstamos rápidos conocidos como microcréditos o micropréstamos. Por lo general, sus servicios y el proceso se llevan a cabo de modo 100% online.
  • Cajas de ahorro y crédito: estos son fondos construidos con recursos públicos cuya función es financiar pequeñas empresas. Ejemplo de esto son las cajas municipales.

Requisitos fundamentales para pedir un préstamo

En esta parte te explicaremos los requisitos fundamentales que toda entidad financiera revisará antes de aprobar un préstamo. Dependiendo de si necesitas pedir un préstamo para un negocio o pedir un préstamo personal, los requerimientos serán distintos. Pero, en términos generales, los requisitos más comunes son:

  1. Demostrar tus ingresos
  2. Tener historial crediticio
  3. Tener capacidad de endeudamiento
  4. Que tu negocio cuente con salud financiera
  5. Tener una reputación financiera adecuada
  6. Contar con garantías de pago

1.    Demostrar tus ingresos

Toda entidad financiera que ofrezca créditos debe responderse lo mismo: ¿con qué ingresos la persona va a garantizar el pago del préstamo?

Por lo regular, los bancos evalúan los movimientos de dinero que hayas tenido en tus cuentas para comprobar tus ingresos. Ya sea que muevas tu cuenta de ahorro o tu cuenta corriente. Esto quiere decir que, si no mueves dinero en ninguna cuenta bancaria, el banco no podrá estudiar con qué ingresos dispones o cuánto dinero mueves en promedio. De todas formas, también pueden solicitarte una carta laboral para corroborar tus ingresos. En este documento se indicaría tu cargo, el salario y el tipo de contrato.

En el caso de una persona independiente no piden cartas laborales, pero pueden solicitarte tu declaración de renta o la declaración de impuestos. La manera de demostrar tus ingresos puede ser distinta dependiendo de los requisitos de cada banco. No obstante, estos son los documentos más comunes que suelen pedir, así que ordénalos al día. Otros documentos comunes que los bancos piden son: contratos de arrendamiento, certificados que acrediten otros ingresos, además de una fotocopia de tu identificación personal.

2.    Tener historial crediticio

Aunque cuentes con buenos ingresos demostrables, si nunca has usado un crédito, será difícil obtener un préstamo grande. Este dato es importante para los bancos porque de esta forma, pueden estudiar tu comportamiento y puntualidad de pago con créditos anteriores y evaluar el riesgo de aprobar un préstamo para tu caso.

Con tu historial crediticio, las entidades revisarán qué tan rápido has pagado, qué cantidad de dinero has movido, cuántas obligaciones tienes, si te has atrasado o si tienes algún reporte negativo. Entre mejor historial tengas, más fácil obtendrás un crédito. Al mismo tiempo, si cumples con los pagos establecidos, el banco que te ha prestado dinero te ofrecerá mejores beneficios para un nuevo crédito. Aunque esto depende de cada empresa.

Ahora bien, si nunca has utilizado un crédito, ¿cómo puedes tener historial crediticio?

Lo primero que puedes hacer es sacar una tarjeta de crédito. Si bien es cierto, muchas personas evitan estas tarjetas por miedo a sus intereses y las deudas que puedan generarles. Pero si usas una tarjeta de crédito con disciplina y conocimiento, no tiene por qué suceder algo negativo.

Para empezar, una gran recomendación es usar la tarjeta de crédito a una sola cuota con dinero que ya tengas. Al pagar de esta forma, no generarás deuda ni intereses. Con ella puedes hacer los pagos que haces mensualmente, como el pago de las facturas o alguna membresía. Esto irá creando historial crediticio, y como dejas las cuotas a un mes, te ayudará a generar un puntaje alto. Pero recuerda no gastar más de lo que tienes.

3.    Tener capacidad de endeudamiento

Este es uno de los factores más importantes a la hora de aprobar un préstamo, porque de acuerdo a esto, la entidad financiera determina cuánto dinero puede prestarte y en cuánto tiempo podrás devolverlo.

El banco sabe que tienes gastos de vivienda, facturas, comida, educación o entretenimiento. De este modo, la entidad evalúa cuál es tu capacidad de endeudamiento una vez hayas pagado todas tus obligaciones y necesidades. En otras palabras, cuánto dinero te queda disponible después de todos tus gastos, y cuál porcentaje de ese disponible neto puedes usar para pagar la deuda sin arriesgar tu salud financiera.

Aunque claro, existen productos financieros que te prestarán dinero sin tener en cuenta tu capacidad de endeudamiento, como lo son las tarjetas de crédito. Por eso es indispensable que cuentes con un presupuesto financiero bien elaborado.

Otro aspecto importante a la hora de evaluar tu capacidad de pago, son los cupos que tengas en tus tarjetas de crédito. Entre más cupos tengas, menor será tu capacidad de endeudamiento. Esto sucede porque los bancos saben que puedes hacer uso de estos cupos y, con ello, reducir el dinero disponible que tengas al final de cada mes. SI esto te sucede, disminuye estos cupos y cancela las tarjetas que menos uses.

4.    Que tu negocio cuente con salud financiera

Al pedir un préstamo para un negocio, los bancos estudiarán los balances financieros de la empresa. De esta forma evalúan los riesgos del préstamo. Un balance adecuado es aquel que demuestre ventas crecientes, un razonable nivel de endeudamiento, rentabilidad y liquidez.

5.    Tener una reputación financiera adecuada

Al solicitar un crédito para un negocio, el banco hará un diagnóstico de la situación financiera de la empresa para comprobar su solvencia, productividad y adecuado manejo de las finanzas. En caso de que hayan existido problemas en el pasado, la empresa deberá ofrecer un reporte que evidencie el estado de la situación.

6.    Contar con garantías de pago

La garantía de pago es una forma en la que una entidad financiera protege el dinero que dará en préstamo. Los bancos y los prestamistas quieren tener la certeza de que podrás pagar la deuda, por ello, solicitan estas garantías de pago. Ejemplos de garantías son: el aval de una persona física o jurídica, una hipoteca donde se comprometa un inmueble, o el contrato de un seguro.

Otros aspectos a tener en cuenta al pedir préstamos

Finanzas personales

¿Se pueden pedir préstamos rápidos?

Sí. Los microcréditos son las soluciones financieras más rápidas y accesibles a causa de que no piden muchos requisitos y su proceso suele hacerse por completo en línea. Sin embargo, como ya mencionamos anteriormente, sus tasas de interés son más altas de las que puede ofrecerte un banco. Por esto, solo debes acceder a estos préstamos cuando tengas la seguridad de que podrás pagar en sus plazos establecidos.

No uses estos préstamos para financiar unas vacaciones o algún capricho. Solo si necesitas una solución a una emergencia real, asegúrate de que seas capaz de pagar a tiempo, sin pasarte un solo día. No tendrás problemas con los microcréditos siempre que pagues en el plazo indicado, o si pagas antes mejor. Por último, evita sobrepasar tu capacidad de endeudamiento para que puedas cumplir con los pagos.

¿Está bien pedir un préstamo para pagar otro?

Antes de decidir pedir un préstamo para pagar otra deuda, revisa tu salud financiera con el fin de que puedas desarrollar un presupuesto y un plan para pagar tus deudas. No es lo más recomendable endeudarte más para pagar otro préstamo, ya que al final puede crearse una bola de nieve que crecerá sin control.

Ya sea que tengas una deuda o muchas, tómate el tiempo de ordenar tus finanzas personales para conocer cuál es el monto total de tu deuda. Puedes probar clasificar tus deudas por mayor a menor cuota mensual, por intereses y cobros adicionales.

Pero lo más importante, es que no aceptes más créditos ni gastes el dinero que tengas disponible en objetos o razones que no sean necesarios. Evita diferir las compras que haces con tu tarjeta de crédito a más de dos meses. Es muy común encontrarse con personas que difieren sus compras del hogar (como alimentos y productos de higiene) a varios meses. Esta es la trampa de “tenerlo ahora y pagarlo después”. Si sueles tener estos hábitos, trabaja en cambiarlos. De otra forma, será difícil salir de deudas.

Algo que puedes hacer, pero que debes de analizar, es la compra de cartera para unificar todas tus deudas. Cuando tienes varios préstamos con distintos bancos, puedes unificar todas estas deudas en una sola y con un solo banco, que es el que compra tus otras deudas para que solo le pagues a él. De esta manera, el banco se gana los intereses que le pagarías a otras entidades, y a cambio, puede bajarte los intereses o aplazar los pagos.

¿Qué tipo de tasa de interés me conviene?

Cuando estás negociando para un crédito, por regla general, puedes escoger entre una tasa de interés fija, y una tasa de interés variable. Una tasa de interés fija asegura que el interés que tengas que pagar por el préstamo será el mismo durante el periodo que dure dicho crédito. Por su parte, con una tasa de crédito variable, el interés se modificará de acuerdo a los cambios del mercado.

Ahora bien, si tus ingresos son estables y tu préstamo es a largo plazo, puedes optar por una tasa de interés fija. De esta forma, sabrás cuál es tu pago mensual y cuál es tu tasa de interés, y con ello podrás hacer mejor uso de tu presupuesto financiero.

Por su parte, con una tasa de interés variable puedes beneficiarte de que la tasa baje, pero también corres el riesgo de que suba. De escoger este tipo de tasa, puedes configurar un tope de intereses si es que tu tipo de crédito te lo permite. En general, el tipo de tasa de interés depende mucho de tu capacidad de pago y de tus necesidades personales.

¿Un jubilado puede pedir un préstamo?

Siempre y cuando tengas capacidad de crédito, puedes solicitar un préstamo, aunque ya estés jubilado. Dependiendo de la entidad financiera, los requisitos pueden ser distintos. Uno de los requerimientos más importantes para solicitar un préstamo es la edad.  Algunos bancos otorgan préstamos a personas con una edad máxima de 65 años y también pueden poner varias limitantes en los plazos de pago.

¿Cómo pedir un crédito hipotecario?

Para pedir un préstamo para comprar una casa, se requiere de una buena capacidad de endeudamiento. Este tipo de préstamos lleva un proceso complejo de estudio, porque son préstamos que dan plazos de 20 años o más. Al mismo tiempo, un préstamo hipotecario beneficiará tu historial crediticio.

Ahora bien, antes de pedir un préstamo de este tipo, te recomendamos que cuentes con un colchón financiero de al menos, 6 veces tus gastos mensuales. No podemos predecir los imprevistos ni asegurar lo que sucederá en el futuro. Por eso es adecuado que puedas contar con un fondo de seguridad o, en su defecto, ve pagando más de la cuota mínima mensual dando abonos extra para acortar el tiempo de la deuda. Asegúrate de que el pago mensual de este crédito no supere el 30% de tus ingresos neto.

Consejos finales al pedir un préstamo al banco

Para terminar y a modo de resumen, ten presente estos tres consejos cuando pidas un préstamo o crédito:

1.    Negocia con más bancos

Para financiar el crecimiento de tu negocio o de otro proyecto, considera la posibilidad de negociar con dos o tres bancos más. Alguno de ellos te ofrecerá mejores tasas de interés, o líneas de crédito más beneficiosas. Entre los factores a comparar, revisa y evalúa lo siguiente:

  • CTC o Costo Total del Crédito: el total que pagarías una vez finalizada la deuda
  • CAT o Costo Anual Total: que incluye la tasa de interés y los cargos adicionales

2.    Paga a tiempo

Calcula el tiempo en el que puedas pagar la deuda, y de acuerdo a ello, escoge un plazo de pago adecuado para ti. En la medida de lo posible, paga abonos extra, de esta forma, podrás acortar el tiempo de la deuda y beneficiar tu historial crediticio. Recuerda que demorarte en los pagos te generará mayores intereses o reportes negativos.

3.    Revisa el contrato del préstamo

Hay ocasiones en las que los préstamos o créditos vienen con servicios adicionales que generarán mayores costos. Si son opcionales, puedes descartarlos. También, analiza los cargos extra y los tipos de penalizaciones que existen en el contrato.

Finalmente, recuerda que cada banco o entidad financiera te pedirá diferentes requisitos y su proceso será distinto. Sin embargo, en este artículo te hemos detallado los puntos más frecuentes a tener en cuenta cuando pidas un préstamo. Ahora, el siguiente paso es contactar con las entidades financieras que quieras evaluar e investigar sus procesos, requerimientos y costos.

Y también, no olvides de seguir creciendo en tu educación financiera.

Gastos hormiga: Qué son, cómo reducirlos, y 10 ejemplos sencillos

Cuando aprendes a administrar tu dinero, comienzas a comprender la importancia de apreciar cada centavo que tienes. Luego llegas a un punto en el que eres consciente de lo que estás gastando, y logras diferenciar entre un gasto llevado a cabo por un gusto, y uno hecho por una necesidad. Entre un antojo momentáneo, y un producto realmente útil para tu vida.

Si crees que estos gastos destinados a gustos y otros antojos no generarán impacto alguno en tus finanzas, necesitas saber qué son los gastos hormiga y cómo estos pueden afectar tu bienestar económico. En pocas palabras, los gastos hormiga son micro gastos que resultan imperceptibles a simple vista. Sin embargo, cuando evalúas estos gastos y los juntas, te darás cuenta de que suman una cantidad significativa de dinero.

Ahora bien, quizás te confíes de que, porque tienes ingresos suficientes o porque tu nivel de riqueza es alto, estos pequeños gastos no afectarán tu estabilidad económica. Sin embargo, aunque tu sueldo tenga el tamaño de un gran barco, si éste tiene un agujero, de forma inevitable comenzará a hundirse. No es el hecho de que guardes todo tu dinero y no gastes nada para ti. El punto aquí es que aprendas a administrar tus ingresos para que puedas llevar a cabo proyectos que te traigan más riqueza, y puedas darte placeres más relevantes y significativos, como viajar.

En este artículo te explicaremos cuáles son los gastos hormiga más comunes y cómo puedes disminuir el monto de dinero que empleas en ellos. Al final, te daremos una serie de consejos que te ayudarán a controlar estas pequeñas compras y a planificar de mejor forma tus gastos.

¿Qué son los gastos hormiga?

ejemplos de gastos hormiga

Son gastos pequeños que suelen considerarse irrelevantes. Y también, son gastos innecesarios que cuando no son controlados, pueden afectar de forma significativa tu salud financiera. De ahí su nombre, porque son gastos pequeñitos como las hormigas. Pero, ¿has visto lo que una plaga o un hormiguero logra hacer?

Probablemente una hormiga te parezca insignificante. Pero, en el peor de los casos, un nido de hormigas puede llegar a debilitar la estructura base de casas y edificios. Del mismo modo, en un año, estos micro gastos pueden significar el equivalente de 1 mes de tu salario o más, y a través de los años, tu economía puede verse afectada.

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¿Cómo identificar los gastos hormiga?

Cómo son los gastos hormiga

Para saber si realizas estos micro gastos sin darte cuenta, ten presente las siguientes características de los gastos hormiga:

  • Son gastos impulsivos: son compras que realizas sin pensar mucho en ello. Como cuando compras un paquete de papitas mientras esperas en la fila del supermercado.
  • Son gastos cotidianos: un día compras un chocolate para calmar el hambre, al siguiente pides comida a domicilio porque no te apetece cocinar, y al otro día vas por un café a la cafetería de tu trabajo.
  • Son gastos irrelevantes: son compras o gastos que no sueles recordar porque no son importantes para tu vida. Como la membresía de alguna app de juegos que dejaste abandonado. O un souvenir que compraste la última vez que fuiste de viaje, y que descansa en algún cajón de tu casa sin hacer nada más.
  • Son gastos no planeados: piensa en aquellos gastos que realizaste a causa de imprevistos. Como una recarga a tu celular porque se te acabaron tus datos, o pedir un taxi para llegar al trabajo porque se te hizo tarde.

Como ves, son gastos pequeños e insignificantes en cuanto a su valor monetario si los miras por separado. Pero una vez que te dedicas a pensar en todo lo que has comprado de esta forma, te darás cuenta de que, en realidad, no han sido gastos insignificantes. De nuevo, esto no se trata de que no vuelvas a comprar nada para ti. Sino de que planees de una manera inteligente tus gastos.

Por ejemplo, sé consciente de cuando tengas en tus manos billetes de baja denominación o algunas monedas. Es como una especie de efecto psicológico, que cuando tienes pocas monedas, sientes la libertad de gastarlas porque sobran, porque no es una cantidad importante de dinero y, porque en dado caso, no las necesitas. Pero cuando haces esto una y otra vez, al final estarás gastando una suma considerable de dinero que puede hacerte falta a fin de mes.

10 ejemplos de gastos hormiga

cuáles son los gastos hormiga

La siguiente es una lista con los gastos hormiga más comunes, y hemos añadido a cada gasto algunos consejos que puedes considerar para disminuir su impacto en tu economía:

1.    Compras impulsivas:

Este es el gasto hormiga más común y en el que hemos caído todas las personas. Es cuando compramos dulces, chocolates, papitas fritas, bebidas o cualquier otro concepto que signifique algún antojo pasajero.

¿Cómo evitar este gasto?

Cuando vayas al mercado o a alguna tienda, lleva una lista con los productos que necesitas comprar. Ahora bien, si tienes hijos y vas con ellos a hacer las compras, es muy probable que les dé hambre. Considera traer de tu casa agua y alguna merienda para ellos.

En tu caso específico, si tu problema es gastar dinero cuando sales al trabajo o por estudio, lleva tu propia agua y alguna pieza de fruta. Ten presente que no es adecuado para el cuerpo darle muchos dulces, ni frituras, ni bebidas azucaradas con burbujas. Al final, no solo se tratará de cuidar tu bolsillo, sino también tu salud.

2.    Decoraciones innecesarias:

Las tiendas de regalos y de variedades son lugares llenos de productos muy llamativos, bonitos y con precios bastante atractivos, pero que, en general, no necesitas.

Este tipo de tiendas suelen permanecer llenas, precisamente por sus colores, la diversidad de sus productos, sus precios bajos y promociones, pero al mismo tiempo, son agujeros negros para tus bolsillos. Está bien si compras objetos que son útiles para ti y a los cuales les darás un uso real. Pero no te dejes llevar por el encanto de un bajo precio de un objeto que en realidad no necesitas.

¿Cómo disminuir este gasto?

Primero, entiende que, por lo general, estos productos son producidos en enormes cantidades y no suelen cuidar de unos estándares altos de calidad. Lamentablemente, en la mayoría de sus casos, son objetos producidos para ser desechados en poco tiempo, con el propósito de que vuelvas a comprar con más frecuencia. Sé consciente del impacto ambiental que conlleva este ciclo de consumo.

Por otro lado, es cierto que hay algunos objetos que son útiles y económicos. Intenta, en la medida de lo posible, evaluar si realmente necesitas el objeto. ¿Comprarás esos utensilios de cocina porque son bonitos, o porque en serio los necesitas? ¿Comprarás ese kit de cajas porque quieres ordenar tus objetos personales, o porque te llama la atención la promoción de muchas cajas por el precio de una?

En caso de necesitar estos objetos, evalúa la posibilidad de conseguir estos mismos productos, pero de mejor calidad, con el fin de que te duren más tiempo y, a la larga, simbolicen un gasto menor. El punto aquí es que aprendas a ser consciente de lo que estás comprando y para qué lo estás comprando.

3.    Suscripciones para entretenimiento:

Ya sea que estés suscrito a plataformas de streaming como Netflix o HBO, o a servicios digitales de música como Spotify, pagar una suscripción sin sacarle provecho durante el mes es una pérdida de dinero.

No es el hecho de que te quedes sentado todo el día viendo series. Sino de que pagues solo lo que vas a consumir. Y si además de esto estás pagando el servicio de televisión, resulta necesario que reevalúes qué medios de entretenimiento vas a utilizar, y canceles los demás.

¿Cómo disminuir este gasto?

Considera los planes en grupo para repartir el costo de las suscripciones, y de este modo puedas pagar un monto mucho menor. Además, y dependiendo del país, existen opciones para ver los canales nacionales de forma gratuita. Recuerda también evaluar las membresías en aplicaciones, como apps de juegos, de edición de fotos o similares que no estés utilizando.

4.    Comisiones y otros cobros bancarios:

Cada producto financiero, como las tarjetas de crédito y las de débito, tienen distintos gastos que puedes evitar. Dependiendo del banco, estos cobros serán distintos. Tales como, cuotas de manejo, cuotas anuales, comisiones y cargos extras.

¿Cómo evitar estos gastos?

Primero, antes de conseguir una tarjeta bancaria, evalúa y compara las opciones que tienes y escoge la que mejores beneficios te dé. Segundo, compra a una sola cuota para evitar intereses. O, en caso de que sea posible, intenta negociar con la entidad financiera una tasa de interés cómoda y que no signifique un gasto muy relevante para ti.

5.    Transporte:

Antes de hacer uso del servicio de un taxi, un bus o algún otro medio similar, examina la idea de llegar a tu destino caminando o en bicicleta. De este modo, haces ejercicio, ahorras el pasaje, y disminuyes tu huella de carbono. Por supuesto, siempre y cuando tu destino esté a una distancia considerable.

Ahora bien, hay personas que señalan que su tiempo es muy valioso como para gastarlo caminando. Pero, el tiempo que dediques a alguna actividad física, siempre será tiempo bien invertido. El cuerpo, en condiciones continuas de quietud, es más propenso a adquirir obesidad, o a generar problemas en el corazón, entre otras problemáticas.

6.    Comer afuera o pedir a domicilio:

Es muy cómodo pedir tu comida favorita y que esta llegue a la puerta de tu casa. Sin embargo, cuando haces esto con frecuencia, y aún teniendo la posibilidad de cocinar en casa, estás generando uno de los gastos pequeños más abrasadores que existen.

Si sueles hacer uso de aplicaciones de domicilios, intenta hacer la suma de todos tus pedidos que, por lo general, quedan registrados en la plataforma. Así te darás cuenta del gasto total que estás empleando en comida, que no necesariamente es saludable.

¿Cómo disminuir este gasto?

La comida rápida suele llevar consigo grasas, aceites dañinos, conservantes artificiales, azúcares y otros ingredientes de nombres extraños. El primer paso para reducir este gasto, es entendiendo el daño a largo plazo que le produces a tu cuerpo cuando te alimentas con este tipo de comida.

Es entendible si tu trabajo te impide tener tiempo para cocinar. Sin embargo, hoy en día existen recetas de cocina que bien planificadas, te ayudarán a tener listas las comidas de la semana.

7.    La trampa de los descuentos:

Es muy común comprar algo que está en oferta, pero que no necesitamos. Es cuando compramos enamorados del precio, más no del producto en sí; de esta forma, nos llevamos a casa objetos e incluso ropa, que luego no nos llamará la atención y que dejaremos por ahí.

¿Cómo evitar estos gastos?

Primero entiende la forma en la que piensan los negocios. Promociones tipo paga 2 lleva 3, o los descuentos que se ofrecen cuando se juntan distintas referencias en un solo empaque, son formas de atraer al comprador y que no siempre significa un beneficio para ti, como consumidor.

En casos de las compras online, los gatillos utilizados para atraer los compradores son los descuentos con un límite de tiempo, los envíos gratis (que usualmente ya viene incluido en el precio del producto), o bonos de descuentos. La única forma en que estas promociones y descuentos son provechosas para ti, es porque antes de dicha promoción, ya necesitabas el producto. De otra forma, son solo un gasto más.

8.    Comprar guiados por las tendencias:

Este es un ejemplo de gasto financiero un poco más grande. Quizás no un gasto hormiga, pero sí un hormiguero. Es cuando cambias de celular solo porque ha salido un nuevo modelo, cuando compras ropa de cierta marca solo porque tu celebridad favorita la ha promocionado, o comprar algún nuevo aparato porque está en tendencia y que en dos meses todo el mundo habrá olvidado.

Entiende que más allá de las modas y las tendencias que suelen ser efímeras, tienes una vida que durará toda tu existencia. Direcciona tu dinero a lo que realmente te apasione a ti.

9.    Diferente marca, misma calidad:

Este gasto va de la mano con el anterior. Y es que muchas veces, guiados por la marca, solemos comprar productos más costosos que suelen tener la misma calidad que la de un producto de una marca no posicionada.

Busca opciones locales, de esta forma estarás ayudando al desarrollo económico de tu país, y a lo mejor encuentras objetos de mejor calidad. No siempre es así, por supuesto; hay marcas que son costosas pero que mantienen unos estándares de calidad altos. Pero muchas otras veces, solo estás pagando un extra por la marca, más que por el producto.

10.  Compras guiadas por la adicción:

La realidad que viven muchas personas, es que no pueden tener una determinada cantidad dinero en sus bolsillos porque sienten una incontrolable necesidad de gastarlo por completo. Y en la misma línea, hay una importante cantidad de personas que no son capaces de controlar sus gastos y están sumergidos en la adicción de las compras compulsivas. Y otro grupo de personas, dejan que productos como el alcohol o los cigarros absorban sus ingresos.

Hasta cierto punto, una persona que tenga problemas para controlar estos pequeños gastos, con bastante voluntad y disciplina puede ir cambiando sus hábitos. Sin embargo, en caso de que esta persona no pueda cambiar este comportamiento, es necesaria la ayuda de un profesional y orientación psicológica. Si este es tu caso, está bien buscar ayuda. Cuida de tu bienestar.

¿Cómo reducir los gastos hormiga?

reducir gastos hormiga

Una vez que identificas los micro gastos que tienes, será más sencillo poder trabajar en ello. No es el hecho de eliminar estos gastos y amarrar tu dinero. Sino de administrarlo de forma adecuada, con un nivel de flexibilidad que sea inteligente. Para resumir, ten en cuenta estos últimos consejos:

1.    Suma tus gastos:

En caso de tener registros de tus compras, por ejemplo, en una app, en alguna plataforma de compras online o que tengas los recibos a la mano, suma estos valores. Muchas veces, cegados por los pequeños montos que se pagan, no percibimos el total gastado. El resultado de esta suma te dará una perspectiva realista de cómo estás gastando tu dinero.

2.    Crea un control de gastos:

Crear un plan de control de gastos te permitirá manejar de una forma más sabia tu dinero. Un correcto seguimiento de tus gastos te ayudará a planificar cuánto dinero destinar para tus responsabilidades y proyectos, y cuánto puedes permitirte gastar en tus antojos y entretenimiento.

3.    Pregúntate: “¿De verdad lo necesito?”:

Cuando piensas más allá de la felicidad momentánea que te dará esa compra pequeña que piensas hacer, dejarás de realizar tantas compras innecesarias. Piensa, ¿es algo que te apasiona, o es solo algo pasajero?, ¿será algo útil y que necesitas, o solo porque te pareció bonito? De este modo, serás consciente de lo que estás pagando y si realmente necesitas ese producto o servicio que estás adquiriendo.

4.    Ahorra lo que antes gastabas:

Una vez comiences a controlar estos pequeños gastos, permite que ese dinero vaya a un ahorro. Con ello, podrás comprar algo de mayor valor que realmente necesites, o costear algún viaje que planeabas antaño.

5.    Evita otro tipo de gastos hormiga:

Tales como los tiempos hormiga, esos cortos lapsos de tiempo que pierdes visitando las redes sociales o navegando por otros rincones del internet. Muchas veces, las personas terminan por no recordar lo que estaban viendo en sus redes sociales, porque al final, ha sido una forma vaga de entretener la mente. Cuida de tu tiempo. Mejorar tu productividad, también es ahorrar dinero.

En resumen

No está mal tener un gasto hormiga de vez en cuando. Pero cuando esto se convierte en una práctica incontrolable e imperceptible, se desencadena un hábito dañino para tu salud financiera. Se vuelve un obstáculo que te impide avanzar. Y cuando se vuelve adicción, puede llevarte incluso a la quiebra.

¿Vas a controlar tu dinero, o permitirás que él te controle a ti?

Esperamos que con estos consejos puedas ser más consciente de lo que estás comprando, puedas controlar tus gastos y mejorar tu estabilidad económica. A la larga, y con un buen plan de ahorros, podrás mejorar tu calidad de vida y llevar a cabo los planes que más te apasionan.

¿Cómo usar una tarjeta de crédito por primera vez? + 8 consejos para su correcto uso

Las tarjetas de crédito son el producto financiero de más alto riesgo que existe. Porque una vez que pierdas el control de su uso, puedes convertir el simple acto de comprar en una adicción. Sin embargo, bien utilizado, puede llegar a convertirse en uno de los mejores recursos financieros que te ayuden a crecer económicamente.

Muchas personas tienen miedo de adquirir una tarjeta de crédito, a causa de su mala fama de llenar de intereses y cobros excesivos a sus usuarios. Pero este miedo tiene su raíz en el desconocimiento de sus beneficios y de las posibilidades que puedes alcanzar con un adecuado uso de este tipo de crédito.

Cierto es que los bancos ganan dinero gracias al incorrecto uso de las tarjetas de crédito. Pero somos nosotros quienes debemos aprender a usar estos productos de una forma inteligente. Por eso, en este artículo te explicaremos cómo usar una tarjeta de crédito por primera vez y cómo puedes evitar endeudarte con este producto.

Pero antes, ¿tienes claro qué es una tarjeta de crédito?

¿Qué es una tarjeta de crédito?

qué es una tarjeta de crédito

Una tarjeta de crédito es un producto de financiación. Esto quiere decir que el dinero que uses de la tarjeta no es tuyo, sino del banco. Por ende, los recursos que utilices de este crédito deberás devolverlos antes del plazo que hayas acordado al momento de comprar un producto o un servicio.

La cantidad de dinero que se te permita utilizar dependerá de ciertos factores personales y de la solvencia económica que demuestres ante un banco. Este dinero disponible en la tarjeta de crédito se denomina cupo, el cual se puede extender si tienes buen comportamiento crediticio. Tu buen o mal comportamiento con los créditos se verá reflejado en un historial crediticio que se mide por puntajes. Cada vez que te atrases con los pagos, te restarán puntos. Al contrario, si eres responsable con las cuotas y demuestras buen manejo del dinero, sumarás puntos. Este historial crediticio te servirá para poder pedir préstamos o créditos, y de acuerdo a tu puntaje, te pueden rechazar o aprobar tu petición.

Dependiendo de cuánto dinero uses, cómo lo utilices y cuándo lo devuelvas, el cobro de intereses y costos extra por tu tarjeta de crédito será distinto. Estos cobros se verán reflejados en una factura que te llegará cada mes.

¿Se puede tener una tarjeta de crédito sin pagar estos costos extra e intereses? Sí. Siempre y cuando tengas una correcta administración de tu dinero y de tus gastos. Lo cual te explicaremos en este artículo.

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¿Para qué sirve una tarjeta de crédito?

La tarjeta de crédito es un medio de pago, y lo que compres con ella lo podrás pagar dentro un mes o hasta en un plazo de 36 meses. Míralo como un préstamo de dinero que te hace el banco u otra entidad financiera. Cuando pagas a un mes no generas cobros por intereses. Cuando difieres el pago a más de 2 meses, es cuando comienzan a generarse estos costos.

Tipos de tarjeta de crédito

Las tarjetas de crédito se clasifican por franquicias. Estas son las compañías que ofrecen los servicios financieros que facilitan el uso de las tarjetas de crédito. Las franquicias más conocidas en el mercado son:

  • Visa
  • MasterCard
  • American Express
  • Discover
  • Diners Club

A su vez, cada franquicia ofrece distintos tipos de tarjetas:

  • Clásica o estándar: son las más reconocidas y aceptadas a nivel internacional
  • Dorada: también es reconocida a nivel mundial y ofrece beneficios especiales
  • Platinum: este tipo de tarjeta se dirige a personas de alto poder adquisitivo y cuenta con beneficios exclusivos.
  • Signature o black: esta es la tarjeta de mayor exclusividad que existe en el mercado. Está dirigida a las personas de más alto perfil económico.

Beneficios de una tarjeta de crédito

Todas las tarjetas tienen condiciones y beneficios diferentes. En el mercado podrás encontrar aquellas que cobran cuota de manejo, anualidad, seguros obligatorios, tarifas e intereses distintos, y otras que no cobren nada más allá de los intereses o comisiones usuales.

El principal beneficio de una tarjeta de crédito es que, aunque no dispongas de efectivo, la tarjeta te permitirá hacer uso del dinero del banco para tus compras (siempre y cuando aún tengas cupo disponible). Es una forma de adelantar la compra de algún producto para pagarlo después. Con este crédito puedes pagar en línea, en físico o por teléfono. También puedes sacar dinero del cajero o de un banco, pero ten en cuenta que esto te generará costos extra.

Por otra parte, puedes aprovechar las promociones que el banco te proponga. Cuando muestras fidelidad y pagas a tiempo tus facturas, los bancos pueden ofrecerte disposición inmediata de efectivo, incremento en la línea o cupo de crédito, compras con plazos a meses sin interés, bonos y otros descuentos.

Algunas tarjetas funcionan con un sistema de cash back, el cual consiste en que, por tus compras de mercado o gasolina, te devuelven un 1 o 2% de tu pago. Por supuesto, evita tentarte por estas promociones y adquiere solo aquellas que puedas administrar correctamente y que de verdad te traigan beneficios. A continuación, encontrarás 8 consejos básicos para que cuides la salud de tus finanzas al usar una tarjeta de crédito.

8 consejos para usar de forma sabia tu tarjeta de crédito

consejos para usar una tarjeta de crédito para principiantes

1.    Las tarjetas de crédito no son una fuente de dinero, son un medio de pago

Uno de los mayores errores que cometen las personas cuando utilizan las tarjetas de crédito, ya sea que sea su primera vez, o que las lleven utilizando desde hace un tiempo, es que las usan para comprar sin saber si podrán pagar después.  Esto les va generando atrasos e intereses altos que terminan minando sus finanzas personales.

Es cierto que cuando pagas en efectivo puedes controlar los gastos, porque es algo tangible y medible. Sin embargo, una tarjeta de crédito te abre la posibilidad de ir más allá de tu capacidad de gasto, porque es algo que a simple vista no ves ni puedes medir. Por eso, necesitas adquirir responsabilidad financiera si decides conseguir una tarjeta de crédito. Por regla general, nunca compres si no tienes la certeza de que podrás pagar.

2.    No retires efectivo con tu tarjeta de crédito

Este consejo va de la mano con el primero. Tu tarjeta de crédito no es una fuente de dinero. Solo deberías retirar efectivo de tu tarjeta cuando te encuentres en una emergencia real. Retirar en un cajero o ir al banco puede generarte cargos extra.

3.    No tengas más tarjetas de crédito de las que realmente necesitas

Es cierto que entre más tarjetas tengas, mayor disponibilidad de dinero tendrás. Sin embargo, esto es innecesario y peligroso cuando no sabes manejar tus finanzas.

De hecho, una vez aprendes a usar tu primera tarjeta, puedes sentirte tentado de sacar más tarjetas de crédito. Sobre todo, porque si has tenido buen comportamiento crediticio, los bancos estarán detrás de ti para ofrecerte sus promociones. La recomendación es no tener más de dos tarjetas de crédito o al menos, educarte bastante en el tema.

4.    Conoce y planea tu capacidad de deuda

Conocer la cantidad máxima que puedes disponer de dinero sin dañar tu salud financiera, es indispensable para que puedas saber cuánto gastar de tu tarjeta de crédito. Calcular este porcentaje y, sobre todo, respetarlo, te permitirá ordenar tus gastos y mantenerte al día con tus finanzas.

5.    Vuélvete un totalero

Un totalero es una persona que no genera intereses gracias a que liquida el total de sus compras antes de la fecha límite de pago. Es cuando aprendes a jugar con el rango de tiempo que tienes para comprar y pagar, sin que produzcas intereses. En caso de necesitar pagar a plazos, primero busca promociones en comercios que ofrezcan pagar en cuotas sin intereses, o investiga aquellos bancos en cuyos beneficios te ofrezcan el pago a plazos mensuales sin interés.

6.    Estudia y compara los beneficios de cada tarjeta

Es ideal que antes de adquirir una tarjeta, evalúes las distintas opciones que te ofrece el mercado para que escojas la mejor para tu caso. Puedes buscar tarjetas que, por ejemplo, no cobren cuota anual, cuota de manejo mensual o que sus tasas sean bajas. Además, ten presente que los bancos te pueden premiar por el buen manejo de su dinero, y con ello darte descuentos, bonos o puntos extra.

7.    No prestes tu tarjeta de crédito a nadie

Al comienzo de este artículo te advertimos de que las tarjetas de crédito son el producto más peligroso de las finanzas personales. En tus manos todo puede estar bien, pero en manos de personas sin educación financiera, puede generarse un caos financiero.

Las deudas no caerán en las otras personas sino en tu bolsillo. Y serás tú quien tendrá que pagar los intereses generados por compras que no son tuyas. Puedes aprender a controlar tus gastos, pagar a tiempo y mejorar tus propias finanzas, pero no puedes asegurar ni garantizar que otra persona también lo haga.

8.    Nunca compartas los datos de tu tarjeta de crédito

Es muy común recibir llamadas o correos electrónicos de nuestro supuesto banco pidiendo los datos de la tarjeta. Sin embargo, por más urgente que suene la información que ellos te brindan, no contestes ningún correo ni ofrezcas tus datos. Si esto te llega a suceder, corta la llamada y luego marca al número oficial de tu banco para confirmar la información. También evita compartir los datos de tu tarjeta en sitios web poco confiables.

Ahora que entiendes las bases de una tarjeta de crédito, es hora de que aprendas a…

Cómo usar correctamente una tarjeta de crédito

usa de forma correcta tu tarjeta de crédito

Como ya te mencionamos antes, cada tarjeta tiene sus propios beneficios y características. Incluso, aunque vengan del mismo banco, cada una puede generarte mayores o menores costos, así como mejores o ningún beneficio. Sea cual sea tu caso, es indispensable que aprendas a manejar estos créditos para que te ayuden a crecer económicamente. Comencemos.

¿Cuál es la manera correcta de usar una tarjeta de crédito?

Para usar de manera inteligente tu tarjeta, hay dos recomendaciones básicas:

  1. Siempre que sea posible, paga todo a una sola cuota. También averigua si los comercios donde compras permiten el pago a meses sin interés.
  2. Paga todo cuando te llegue la factura y antes de la fecha límite.

Con estas dos recomendaciones sería suficiente para que no generes incrementos en tus gastos. No obstante, hay más estrategias que puedes llevar a cabo para sacarle mayor rentabilidad a las tarjetas:

  • Usa dos tarjetas: una destinada al uso cotidiano, y otra para grandes gastos. Esto es útil porque evitas combinar tus compras frecuentes (como compras del supermercado o pagos por servicios públicos y privados), con compras grandes (como algún electrodoméstico o muebles). Al mezclar estas compras, puedes confundir las fechas de pago y ocasionar con ello atrasos e intereses.

Ahora bien, quizás pienses que, para uso diario, mejor utilizas una tarjeta débito. Pero la ventaja de usar una tarjeta de crédito para tu cotidianidad, es que esto te generará historial crediticio, lo cual te permitirá pedir a futuro préstamos grandes o créditos hipotecarios.

Por ejemplo, si decides ir al cine y tienes el dinero en efectivo, paga con tu tarjeta de crédito, pero es importante que siempre sea a una cuota. Luego guardas ese dinero en efectivo para que cuando llegue tu factura puedas pagar de forma inmediata. Así, no generas gastos extra ni intereses, pero sí puntos para tu historial crediticio.

  • Asegúrate de que todas tus tarjetas tengan la misma fecha de corte: si decides hacer uso de varias tarjetas porque tienes la capacidad y el conocimiento, un truco es acordar la fecha de corte de todas las tarjetas al mismo día. Esto te ayudará a tener mayor orden en tus gastos y pagos.

¿Cómo evitar endeudarse usando tarjetas de crédito?

Una estrategia útil es realizar tus compras una semana después de la fecha de corte, así, tendrás tres o dos quincenas de plazo para pagar todos tus gastos antes de que llegue el nuevo corte. Para gastos grandes que no puedas liquidar de contado, investiga si hay posibilidad de pagar sin intereses, ya sea por parte del comercio, o como un beneficio que el banco te otorgue.

A este punto ya habrás entendido que el truco está en solo gastar lo que sabes que puedes pagar. Y solo comprar cuando tienes la certeza de que ese dinero vendrá a ti dentro del plazo de tiempo determinado antes de que llegue la nueva factura. En general, sigue estas dos recomendaciones para evitar endeudarte:

  1. Asegúrate de que el volumen de gastos con el que cuentas actualmente, son gastos que ya sabes administrar. De este modo, cuando saques una nueva tarjeta de crédito, la utilizarás para pagar lo que ya controlas, y no para agregar nuevos gastos. Recuerda que no es dinero adicional.
  2. Asegúrate de que las inversiones que realices con una tarjeta de crédito generen más retorno de capital que gasto.

¿Cómo usar una tarjeta de crédito por primera vez?

Puedes utilizar la tarjeta de crédito para comprar por internet o en establecimientos físicos que acepten este tipo de pago. Si compras en línea, deberás proporcionar los datos que ya se encuentran en tu tarjeta. De ahí, la importancia de que no le compartas tu tarjeta a todos tus conocidos y de que protejas esos datos.

Para compras en tiendas físicas, deberás poner tu tarjeta en una terminal de pago. Algunas terminales requerirán que ingreses el código de seguridad de tu tarjeta, y algunos otros comercios te pedirán tu firma en un recibo que describe los datos de la transacción. Cada mes el banco te enviará un extracto bancario con el resumen de todos tus movimientos, lo que incluye tus compras, comisiones y otros datos como fechas importantes, tu saldo disponible y otra información adicional.

Por último, si solo estás interesado en adquirir algún bien inmueble o alguna otra compra grande, puedes considerar como mejor opción solicitar un crédito de libre inversión o algún otro tipo de préstamo que tenga menores tasas de interés. Porque con una tarjeta de crédito te puede salir más costoso. De todas formas, debes evaluar las opciones disponibles en tu país.

¿Si no genero intereses para el banco, tendré mal historial crediticio?

Una de las dudas más frecuentes que tienen las personas es si al usar correctamente su tarjeta de crédito sin generar intereses, se puede afectar su historial crediticio. Esto es porque muchas personas creen que los bancos solo ganan por los intereses y los atrasos de sus clientes y que, por ende, castigarán a aquellos usuarios que no les generan dichas ganancias.

En realidad, un banco obtiene ganancias por diversos medios. Los bancos ganan cuando usas tu tarjeta de crédito, aun así, no les des pago por intereses.  Cada vez que realizas una transacción, los bancos cobran una comisión a los comercios por el uso de sus terminales. En algunos casos, cuando el comercio aún es pequeño, puede cobrarte dicha comisión a ti.

Que uses a tope tu línea de crédito, pagues a tiempo y no generes intereses, no hará que tu banco te dé un reporte negativo. Al contrario, tendrás un excelente historial crediticio, porque estás demostrando solvencia económica, lo que te abrirá las puertas para adquirir créditos más grandes. Además, esto es un punto positivo para los bancos que pagues en un mes, porque les estás garantizando que tienes cómo devolverles su dinero.

¿Qué pasa si no usas tu tarjeta de crédito?

Si tienes deudas pendientes en tu tarjeta de crédito y dejas de usarla, seguirá generando intereses y otros costos por mora y comisiones. Estos costos no resueltos bajarán tu puntaje crediticio, lo que dificultará el acceso a préstamos y créditos en el futuro.

Dependiendo de la tarjeta que tengas, y aunque no tengas deudas pendientes, puede generar cargos y otros cobros si no saldas su cuota de manejo, el pago de la anualidad y otras comisiones de uso. Lo más recomendable es que si ya no usas una tarjeta de crédito la canceles.

Esperamos que toda esta información sea de utilidad para tu salud financiera, y que hayas aprendido a cómo usar una tarjeta de crédito por primera vez de forma correcta. Recuerda seguir aprendiendo para que crezcas económicamente. Puedes aprender más en nuestro blog donde encontrarás información sobre finanzas personales y consejos que te ayudarán a alcanzar tus objetivos.

Capacidad de endeudamiento: ¿Qué es y cómo calcularlo?

¿Sabes cómo puedes adquirir un crédito de forma correcta?

Hay una serie de factores que debes de tener en cuenta al momento de manejar una o varias deudas. Uno de estos factores es conocer cuánta deuda puedes adquirir sin arriesgar tu estabilidad económica. 

Antes de solicitar cualquier tipo de préstamo, es indispensable que conozcas cuál es tu capacidad de endeudamiento, porque un gran error que cometen muchas personas, es adquirir una deuda sin antes haber realizado un análisis de su capacidad de crédito. Sin este dato, es fácil poner en riesgo tu salud financiera. En términos generales, el monto que destines para pagar tus deudas no debería absorber más del 30% de tus ingresos totales mensuales. Superar ese porcentaje podría generarte problemáticas económicas. Sin embargo, esto depende mucho de tu solvencia económica, de las deudas actuales que tengas y de la realidad de tus gastos. De acuerdo a esto, dicho porcentaje puede variar.

A continuación, te explicaremos qué es la capacidad de endeudamiento, y cómo su cálculo y planeación te permitirán tener deudas saludables que no dañen tus finanzas personales. Al final encontrarás una serie de consejos adicionales que te ayudarán a planificar mejor tus deudas.

¿Qué es la capacidad de endeudamiento?

La capacidad de endeudamiento te indica la cantidad máxima que puedes adquirir de deuda sin poner en riesgo tu estabilidad financiera. Calcular esta cifra te permite conocer el límite de dinero que puedes destinar al pago de deudas, lo cual te ayuda a planear cuánto crédito puedes pedir, en cuánto tiempo podrás pagarlo y, en general, si te conviene o no solicitar un préstamo.

¿Para qué sirve calcular la capacidad de endeudamiento?

Por lo regular, los bancos evalúan tu capacidad de endeudamiento o el alcance de tu crédito con el fin de determinar si eres apto para adquirir y pagar un préstamo. De acuerdo a ello, y teniendo en cuenta tus otras obligaciones crediticias, pueden decidir rechazar o aprobar el préstamo.

Por supuesto, el banco también toma en cuenta otros factores para evaluar un préstamo a tu persona, como tu historial crediticio y tu solvencia económica. Sin embargo, tu capacidad de adquirir deuda es uno de los datos más relevantes tanto para el banco, como para ti mismo, en cuanto que te permite conocer y planificar tus finanzas de una forma más inteligente.

A grandes rasgos, conocer tu capacidad de endeudamiento te permitirá:

  • Manejar los créditos de forma responsable
  • Gestionar con eficacia el riesgo implícito que conlleva una deuda
  • Planificar tus gastos y ordenar tus finanzas personales

Con un adecuado estudio y análisis, puedes lograr que una deuda sea una herramienta para crecer económicamente.

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¿Cómo calcular la capacidad de endeudamiento?

Para calcular tu capacidad de endeudamiento no solo debes de tener en cuenta tus ingresos, sino que también debes analizar las condiciones y los beneficios o desventajas de adquirir un préstamo determinado. El cálculo que realices aquí será una guía, pero el análisis de tu capacidad de pago debe abarcar mucho más.

Ahora bien, algunos bancos y otras organizaciones financieras recomiendan que tus deudas no superen el 30% de tus ingresos. Sin embargo, dependiendo de tu situación financiera, puedes planear que tus deudas no absorban entre el 10% y el 25% de tus ingresos mensuales. Esto con el fin de permitir un margen libre que puedas destinar a ahorros e inversiones de bajo riesgo y, con ello, aumentar tus ingresos y asegurar cierta estabilidad económica.

Entonces, ¿cuánto es lo máximo que puedes endeudarte? La respuesta es un ‘depende’. En general, para analizar tu capacidad de endeudamiento ten presente estos cuatro factores:

  1. Gastos mensuales
  2. Deudas actuales
  3. Monto de la nueva deuda
  4. Ingresos totales

Si tus gastos y deudas actuales casi superan tus ingresos mensuales, no deberías considerar un préstamo nuevo. Por otra parte, si tus ingresos superan con creces tus gastos, el porcentaje de tu capacidad de endeudamiento tendrá un margen mayor, y podrás manejar con cierta facilidad tus deudas.

Fórmula del nivel de endeudamiento

Para calcular el nivel de endeudamiento que puedes adquirir sin herir tus finanzas ten en cuenta lo siguiente:

  1. Saca una lista con todos tus gastos mensuales, tales como alimentación, vivienda, transporte, servicios, salud, educación, deudas actuales, etc. En caso de tener gastos trimestrales o semestrales, divídelos para que sepas cuánto dinero corresponde a cada mes.
  2. Apunta tus ingresos totales del mes. En caso de no tener ingresos fijos, saca un promedio de acuerdo a los ingresos de los últimos seis meses.

Una vez listo esto,es hora de calcular tu capacidad de adquirir deuda:

Primero, debes restar a tus ingresos los gastos del mes, el resultado que te dé serán tus ingresos libres o netos. Este resultado multiplícalo por un 40%. También puedes realizar dicha multiplicación con la cifra 0,40. En cualquier caso, te dará el mismo resultado.

Este porcentaje se está aplicando a tus ingresos netos, no a tus ingresos totales. De acuerdo a tu solvencia económica, puedes variar este número. No obstante, el porcentaje máximo recomendado para hacer este cálculo es del 40%. Esto permitirá que el resto de tus ingresos netos lo destines a ahorros o inversiones.

Cómo calcular la capacidad de deuda

Por ejemplo, supongamos que tienes un ingreso mensual de 1000 dólares. Si tus gastos totales son de 700 dólares, tus ingresos netos serán 300 dólares. Al hacer el cálculo definido arriba, tendrás un cupo de 120 dólares para destinar al pago de tus deudas.

Estos 120 dólares que usarás para pagar el préstamo, suponen el 12% de tus ingresos totales. Como ves, no estás sobrepasando el tope del 30% que indicamos al principio de este artículo.

Ejemplo de cómo calcular la capacidad de pago

No obstante, ten en cuenta que, para solicitar un préstamo al banco, este realizará sus propios análisis y estadísticas sobre tus finanzas y tu comportamiento crediticio. En general, cada institución financiera tiene su propio sistema para determinar la capacidad de endeudamiento de las personas.

Sin embargo, con estos cálculos tendrás una idea clara de lo que puedes gastar sin llegar a desestabilizar tu salud financiera. Es importante que siempre dejes un margen libre y no supongas que dispondrás de todo tu ingreso neto para pagar deudas. Ten en cuenta que habrá costos extras como seguros, tarifas o cuotas de manejo, dependiendo del tipo de crédito que quieras solicitar.

Por otra parte, el dinero que te quede libre puedes destinarlo a un colchón financiero en caso de que algún imprevisto suceda.

Consejos para mejorar tu capacidad de pago

Diccionario de finanzas

1.    Analiza las opciones de crédito que hay disponible en el mercado

Es importante que antes de solicitar un crédito compares las diversas opciones que tienes. Con ello, puedas ser capaz de saber ¿cuál crédito te conviene más?, ¿cuáles son las características de cada opción?, ¿cuál se ajusta mejor a tus necesidades?

Debes aprender a vincular cada tipo de crédito con tus objetivos personales. Recuerda que cada tipo de préstamo tiene condiciones diferentes y, de acuerdo a esto, serán mayores o menores sus beneficios. Por ejemplo, un crédito hipotecario cuenta con la tasa de interés más baja del mercado, dado que es un préstamo cuyo pago se puede extender más allá de los 20 años. Por esto mismo, no deberías adquirir vivienda con otro tipo de crédito, pues supondría un gasto enorme en cuanto a los intereses.

Teniendo esto en mente, asegúrate de que las condiciones crediticias sean las adecuadas para las características específicas de tu proyecto, ya que, de acuerdo a esto, se ajustarán los intereses, los plazos del pago, los cargos extra, entre otros aspectos.

Recuerda esto: entre mayor riesgo tenga un crédito, mayor será la tasa de interés. Este riesgo se mide de acuerdo a la capacidad de pago de un usuario. Por esto, un producto financiero como un préstamo informal tiene un interés alto, por el considerable riesgo que existe de que la persona deudora no pueda pagar a tiempo. Por otro lado, los créditos hipotecarios suelen tener tasas de interés bajas, dado al plazo tan largo que tienes para pagar la deuda, además de que en este tipo de crédito se suele dar la vivienda como garantía para el pago del préstamo.

2.    Negocia y busca los mejores beneficios para ti

Cuando dedicas tiempo a conocer las características de los productos financieros que tienes disponibles, se vuelve más fácil poder escoger el más adecuado para tu caso en específico. Entre los factores que debes comparar y negociar se encuentran:

  • Tasas de interés: debes estudiar cuál entidad financiera te ofrece la mejor tasa de interés.
  • Plazos de crédito: cuida de que los plazos que se definan sean los adecuados para ti.
  • Garantías: hay productos financieros que te piden dar en garantía alguna propiedad o el aval de una persona. Por otro lado, hay créditos que no te piden este tipo de requisitos.

Muchas veces, por afán, se escogen créditos que piden muchos requisitos y ofrecen una tasa de interés poco atractiva, lo cual limita tu capacidad de pago. 

Sin embargo, antes de poder hallar la opción más adecuada para ti, debes de tener un buen historial crediticio. De esta forma, tendrás a bancos y a otras entidades detrás de ti para ofrecerte sus productos financieros. Solo así, podrás comparar las opciones que tienes y negociar con los bancos mejores condiciones crediticias. Caso contrario, si no cuentas con historial crediticio, o si tienes uno, pero con un puntaje negativo, tendrás menos opciones.

¿Qué puedes hacer en este caso?

  • Determina si realmente necesitas adquirir el producto o servicio que planeas conseguir.
  • Si no es urgente, trabaja en crear un buen historial crediticio empleando créditos pequeños o usando de forma correcta tu tarjeta de crédito. Cuando tengas buen comportamiento crediticio, dispondrás de mayores opciones y beneficios por parte de las entidades financieras.

3.    No llegues al tope de tu capacidad de endeudamiento

Como ya te hemos recomendado, no dispongas más del 40% de tus ingresos netos o más del 30% de tus ingresos totales. Además, evita sobrepasar estos porcentajes. La vida está llena de eventos impredecibles y los contratos crediticios cuentan con costos extra en su letra pequeña que debes de tener en cuenta.

Al hacer uso del tope de tu capacidad de endeudamiento, le quitas la libertad a tu dinero de moverse por otros canales y, en casos de emergencia, puede que te veas obligado a sacar nuevas deudas que sobrepasen tu capacidad crediticia. Permite que una parte de tus ingresos libres vayan a un ahorro de emergencia o colchón financiero.

4.    ¿Qué hacer si cambia tu capacidad de pago?

En caso de que hayas definido una tasa de interés variable, existe la posibilidad de que dichos intereses suban. O quizás, en algunos meses no tendrás los mismos ingresos que antes tenías a causa de imprevistos o cambios en tu ámbito profesional.

En estos casos, el fondo de emergencia que hayas ahorrado te ayudará a sobrellevar los costos de las deudas mientras logras estabilizarte de nuevo. Sin embargo, de no contar con ahorros, o que te encuentres imposibilitado a pagar las cuotas definidas, aún tienes algunas opciones:

  • Seguros de desempleo: en caso de perder tu trabajo, existen ciertos seguros que sirven de apoyo económico temporal para poder solventar tus deudas y gastos. Los requisitos para acceder a estos seguros dependen de cada entidad financiera. Por lo general, debes de haber sido empleado formal durante un periodo mínimo de seis meses o más y demostrar que estás buscando trabajo.
  • Renegocia las condiciones crediticias: en el momento en que sepas que ya no puedes solventar la deuda, debes acercarte al banco para demostrar tu incapacidad de pago.

Puedes renegociar con ellos el plazo del crédito o modificar las tasas de interés. Entre menos tiempo te demores en comunicarte con el banco, más posibilidades tendrás de solucionar tu situación.

Conclusiones

Es muy común que las personas gasten más de lo que ganan. De ahí, la importancia de controlar los gastos y conocer bien tus números. Siempre que puedas, reduce los gastos innecesarios y aumenta tus ingresos, de esta forma, podrás acrecentar tu capacidad de endeudamiento y mejorar las condiciones crediticias de los productos financieros que adquieras.

Por ahora, te hemos explicado cómo llevar de manera adecuada y responsable tu endeudamiento financiero. Pero el mundo de las finanzas personales es aún más amplio. Como habrás podido percibir, un correcto cálculo, un adecuado análisis y el continuo aprendizaje del funcionamiento del dinero, te ayudarán a cumplir tus objetivos.

8 consejos para tomar control de tus gastos personales + plantilla de Excel

¿Sabes cuál es la importancia de conocer cómo estás gastando tu dinero? Cuando comprendes cómo estás usando tu dinero y aprendes a controlar tus gastos, no solo podrás mejorar tus finanzas personales, sino que, además, podrás ver con mayor claridad los pasos a seguir para cumplir tus metas y, con esto, mejorar tu calidad de vida.

En este artículo te daremos una serie de consejos para que tengas un adecuado control de tus gastos e ingresos. También te explicaremos cómo puedes administrar y distribuir tu dinero con una hoja de cálculo como Excel de una forma fácil para ti.

¿Cómo llevar un control de gastos personales?

gastos personales

1.    Crea un presupuesto de tus gastos e ingresos personales

El primer paso para controlar tus gastos es crear un presupuesto. Esta será tu guía que te indicará cuáles son tus gastos, y cuánto dinero te queda libre para destinar a otros objetivos, tales como ahorrar o pagar un capital extra a tus deudas. Puedes llevar el control de tus gastos e ingresos personales en una hoja de cálculo como Excel (lo cual te explicaremos aquí), o en una libreta organizadora de gastos si es que prefieres lo tangible. Una útil idea es llevar ambos formatos para que puedas llevar el control de tus gastos diarios sin necesidad de tener a la mano tu Excel todo el tiempo.

Un buen presupuesto debe contar con el detalle de tus gastos fijos y variables mensuales, un seguimiento de tus deudas, y un plan de ahorros e inversiones. Este plan de gastos te permitirá determinar si estás gastando más de lo que estás ganando, y te dará una idea de cómo puedes remediarlo mediante la disminución de gastos innecesarios o, con el incremento de tus ingresos.

2.    Reduce tus gastos personales mensuales

Si al momento de crear tu plan de gastos te salen números rojos, la solución más rápida que puedes hacer para remediarlo es reducir tus gastos. Es cierto que no puedes recortar los gastos fijos que son esenciales para vivir. Pero sí puedes reducir los que son variables o de ocio. Como el entretenimiento, las salidas a restaurantes o la compra de ropa.

También considera reemplazar tus gastos de membresías por otras alternativas. Por ejemplo, si pagas una mensualidad en el gimnasio, puedes considerar la idea de ejercitarte en casa. Una gran opción que no necesita de equipo de gimnasio, es el yoga, que a diferencia de lo que muchas personas piensan, no es solo sentarte a respirar mientras te relajas. En realidad, requiere de gran fuerza, resistencia y flexibilidad. O también puedes ejercitarte en un parque cercano a tu casa.

La idea en este punto, es que encuentres opciones más económicas para tus gastos recurrentes y que recortes los gastos que no son indispensables para tu bienestar. Tu prioridad, en caso de que estés gastando más de lo que ganas, debe ser estabilizar tus finanzas.

3.    Lleva un control de los gastos familiares

Cuando tienes una familia es muy fácil gastar de más: útiles escolares de los niños, antojos extra, pañales, más comida, más salidas, etc. Pero aún así en este contexto, puedes llevar a cabo una serie de estrategias para controlar estos gastos. Como, por ejemplo:

  • Optimiza el consumo de los servicios públicos al ahorrar agua y electricidad
  • Aprovecha las promociones y las ofertas
  • Compra solo lo que necesites cuando vayas al mercado
  • Invierte en objetos de calidad

El último consejo, sobre todo, te ayudará a evitar muchos gastos futuros. Siempre es mejor gastar un poco más en objetos que te durarán mucho tiempo, a comprar objetos baratos que tendrás que cambiar cada seis meses o cada año.

Por ejemplo, puedes considerar comprar sartenes de hierro fundido, que bien cuidadas te durarán toda la vida, en lugar de comprar sartenes de teflón que tendrás que cambiar cada uno o dos años. Asimismo, busca electrodomésticos, muebles y otros objetos de calidad que sepas que no tendrás que cambiar durante muchos años.

4.    Siempre cuida de que primero crezcan tus ingresos, luego tus gastos

Lo ideal antes de que comiences a aumentar tus gastos, es que incrementes tus ingresos. O en el mejor de los casos, amplia tus ingresos, no necesariamente para gastar más, sino para invertir y ahorrar mejor.

Evita caer en la trampa imaginaria de que una tarjeta de crédito te abrirá la posibilidad de gastar más dinero. Si no sabes cómo usar una tarjeta de crédito de forma correcta, es mejor que subsanes tus deudas pendientes y canceles este crédito para evitar peores resultados.

Tú puedes recortar gastos en tu casa, ahorrar en tus facturas de los servicios públicos y crear un robusto plan de gastos. Sin embargo, si sigues utilizando tu tarjeta de crédito como si fuera la panacea de tus antojos, te estarás sumergiendo en un círculo interminable de ganar dinero, gastar, y endeudarte.

Está bien si estás cómodo con este ciclo de consumo. Pero para acrecentar tus ingresos y, con ello, tu calidad de vida, necesitas hacer mucho más que esto.

5.    Prioriza el ahorro y la inversión sobre los gastos

Y entonces, ¿cómo acrecentar tus ingresos?: Poniendo en primer lugar tu plan de ahorros e inversiones. Luego tus gastos.

Mientras que el ahorro es un hábito que vas adquiriendo, la inversión es una decisión. Antes de que tomes cualquier decisión financiera, es importante que ya tengas el hábito de ahorrar. Además, si estás empezando a manejar tus finanzas, será más fácil para ti aprender a llevar un seguimiento de tus ahorros, que comenzar a invertir.

El ejercicio de invertir requiere de diversos factores a estudiar y analizar. Como el nivel de riesgo de la inversión, su rentabilidad, cómo diversificarás tus inversiones, cuánto dinero estás dispuesto a arriesgar, qué inversiones se adecuan a tus necesidades, entre otros factores. Una inversión bien planificada y estructurada, podrá ayudarte a acrecentar tu nivel de riqueza. Pero una llevada a cabo sin análisis, y solo porque tu vecino te lo ha recomendado, pondrá en riesgo tu bienestar económico.

Por otro lado, aunque el ahorro es necesario, ten en cuenta que tu moneda local al quedarse quieta se irá devaluando con el paso del tiempo. Evalúa tus posibilidades y tus necesidades, y comienza con lo que ahora puedas hacer. Por lo pronto, lo esencial en este punto, es que destines más dinero a tus ahorros y a tus planes de inversión, que a gastos que no sean primordiales.

6.    Prioriza el pago de tus deudas de mayor interés

En caso de contar con diversas deudas de alto interés, establece como prioridad su liquidación cuando estés creando tu control de gastos.

Si actualmente estás pagando la cantidad mínima para cancelar estas deudas, considera aumentar el monto de tus pagos con el fin de salir lo más pronto posible de tu endeudamiento. En caso de no contar con los ingresos suficientes y que ya no puedas reducir más gastos, negocia con tu banco una tasa de interés más baja, o recoge la diversidad de tus deudas en una sola.

Cada vez que recibas dinero extra, como bonificaciones, comisiones u otros, destina este dinero para abonar a capital. En este caso, tu plan de gastos debe estar diseñado de tal forma, que el dinero que estés usando para adquirir objetos o servicios de menor relevancia, los emplees para solventar tus deudas.

7.    Crea un plan financiero

Establecer objetivos específicos te ayudará a crear un camino a seguir para administrar de mejor forma tus gastos. Crear un plan financiero te dará la claridad necesaria para saber qué hacer con tu dinero, cómo manejarlo, cuánto gastar y cuánto destinar a la consecución de tus metas.

Mientras que tu control de gastos es un plan a corto plazo que puede abarcar solo un mes, un plan financiero te dará una visión más amplia, abarcando objetivos cuyo desarrollo se llevaría a cabo en plazos desde un año, hasta 10 años o más. Es un plan de vida que dibujará un camino a seguir, y que, si lo diseñas y lo cumples con disciplina, te ayudará a mejorar la administración de tus gastos.

8.    Sigue la regla del 50/30/20

La regla del 50/30/20 es uno de los métodos más sencillos para planificar tus gastos. No lo veas como una regla en sí, pues estos porcentajes variarán de acuerdo a tu realidad personal. Sin embargo, lo recomendado es lograr estas proporciones, con el fin de mantener una buena estabilidad financiera. Cada porcentaje referencia los siguientes gastos:

  • 50% gastos primordiales: son gastos esenciales para tu vida, como alimentación, servicios públicos, vivienda, estudios, salud, o las cuotas mínimas de tus deudas actuales.
  • 30% gastos adicionales: son gastos personales, más no esenciales, como los gastos para diversión, suscripciones, juegos, ropa.
  • 20% ahorro e inversión: es el dinero destinado al ahorro de un fondo de emergencia con el equivalente de 6 a 12 meses tu sueldo, el ahorro para tu jubilación o la planificación de tus inversiones, entre otros.

Quizás tu realidad financiera solo te permita destinar un 5% de tus ingresos al ahorro. Lo importante es que comiences ahora y luego vas escalando, poco a poco. A medida que vayas disminuyendo tus gastos e incrementando tus ingresos, podrás aumentar la cantidad de dinero destinado al ahorro e inversión.

Siguiendo estas recomendaciones podrás diseñar un plan sencillo de gastos personales. Sin embargo, ahora te enseñaremos cómo crear un plan de gastos e ingresos un poco más desarrollado con una hoja de cálculo, que de igual forma puedes replicar en una agenda o libreta de gastos.

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¿Cómo hacer un control de gastos en Excel?

Llevar un control de gastos mensuales te ayudará a ordenar tus finanzas y planificar de una manera más óptima el uso de tu dinero. Los siguientes pasos que verás a continuación son la base de cualquier plan de gastos e ingresos. Sin embargo, recuerda modificar y adecuar según sean tus necesidades:

1.    Apunta tus ingresos

Lo primero que debes señalar son tus ingresos, tanto aquellos provenientes de tu salario, como aquellos que obtienes por medio de otras fuentes. Para este ejemplo, hemos hecho un control de gastos para el primer trimestre del año, pero tú puedes hacer un plan semestral o anual.

Para cada mes, determina cuánto será el monto total de tus ingresos, y en qué fecha esperas que ese dinero llegue. Para este caso, la persona, a quien llamaremos Emilio, tiene un salario de 1000 dólares y obtiene 150 dólares extra por ventas de artesanías que realiza en línea.

Recuerda tener en cuenta deducciones en tu salario e impuestos antes de realizar cualquier plan financiero:

plan de gastos en Excel paso 1

2.    Haz una lista de tus gastos

Puedes ordenar tus gastos por fijos y variables, o por categorías, por ejemplo: gastos del hogar, gastos personales, deudas, gastos de estudio. Acomoda esto de tal forma que puedas manejar mayor orden.

En este ejemplo, para cada mes hay dos columnas: una con la cifra que planeas gastar, o en otras palabras, tu expectativa de gasto, y otra con el gasto real. Es decir, y siguiendo con nuestro ejemplo, Emilio planeaba disponer solo de 180 dólares para sus gastos personales. Pero en la realidad, se compró unos zapatos más costosos, su novia le sacó dinero para comprarse un nuevo bolso y tuvo otros gastos en materia de antojos. Al final, sumó un total de 580 dólares.

Plan de gastos en Excel paso 2

Esto te servirá bastante para que puedas evaluar en qué ámbitos de tu vida te cuesta controlar tus gastos. O en caso contrario, si gastaste más dinero de lo presupuestado, por ejemplo, en las facturas de los servicios públicos, ajusta tus cuentas y bájales presupuesto a otros gastos no esenciales, para que puedas estabilizar tus gastos del mes, y no termines como Emilio, que se quedó al final sin dinero y no pudo pagar el resto de sus deudas, e incluso, quedó más endeudado que antes.

3.    Ahorra

En este ejemplo, después de pagar todas sus responsabilidades, Emilio planeaba llegar a fin de mes con 340 dólares libres de sus ingresos totales de 1150 dólares. Esto supone casi el 30% de su sueldo.

Plan de gastos en Excel paso 3

Siguiendo esta expectativa, Emilio planeaba ahorrar 210 dólares, y luego quedarse con 130 dólares libres que podría haber destinado para abonar un capital extra a sus deudas, o para incrementar sus ahorros. Sin embargo, como realizó gastos extra sin planeación que no necesariamente supusieron una emergencia, no pudo ahorrar. Al contrario, ha generado más deuda.

Es muy fácil perder el control del dinero como le ha sucedido a Emilio. Por eso la importancia de que crees un control de tus gastos y, sobre todo, que tengas la disciplina de llevarlo a la práctica. Recuerda llevar registro de todos tus gastos e incluir en tu plan las categorías que sean específicas para tu propio caso. Resumiendo, así se vería un plan de control de gastos:

Formato de presupuesto de gastos en Excel:

Plantilla de control de gastos personales en Excel